Parece obvio, ¿no? Su voz solía ser realmente única, privilegiada, de otra clase.
Quizá no lo sabías, pero José José creció en un ambiente musical: su papá era tenor y su mamá concertista de piano.
A pesar de ello, José Rómulo Sosa Ortiz (el verdadero nombre de "El Príncipe) no tuvo acceso a la música popular. En casa estaba prohibida y escuchaba rock & roll a escondidas.
Por ahí de los 15 años se rebeló y siguió su propio camino: inició tocando serenatas pues dominaba la guitarra. Tiempo después, se sumó a un trío de jazz y bossa nova, donde tocaba el bajo y contrabajo.
Su primer nombre artístico era Pepe Sosa, pero era poco comercial y con el tiempo lo cambió por José José porque así se llama él y porque también era el nombre de su papá.
Ahora que ya conoces la historia de su nombre artístico, pasemos a la historia de su mote.
El título de "El Príncipe de la Canción" lo ganó en los 70, después de robar el corazón con sus interpretaciones, pero sobre todo debido a una canción: "El Príncipe".
Quizá no es una de las más famosas, pero todo encajaba perfectamente.
El resto es historia. José José trabajó con los más talentosos compositores del siglo pasado, de la música en español; Armando Manzanero, Rubén Fuentes, Roberto Cantoral, y obviamente Juan Gabriel.
Una de sus más grandes presentaciones ocurrió en 1970, durante el festival OTI.
Nadie entendió cómo fue posible que quedara en tercer lugar pero por eso mismo hizo historia interpretando "El triste".
¿Conocías esta historia?