Rodeados de aromas de berloc, maisons de fois, chateaux, girasoles y vacas pelirrojas, se nos presenta de camino un precioso paisaje verde y soleado.
A nuestra llegada, descubrimos un lugar construido para disfrutar junto con los niños de una gran experiencia, vivir en el año 1.900, así que allí con mi cámara y mi móvil de repente me siento como un extraterrestre, alguien que del futuro viaja al pasado. Tengo una sensación parecida a la que sentí cuando descubrí el Dominio de María Antonieta en Versalles, París. Comenzamos nuestra ruta y para ello nos hacemos con un medio de transporte para los niños muy singular.
¿Qué te parece viajar con niños esta vez al pasado?
Me da a mí que nos lo ívamos a pasar genial, y mira por donde no me equivocaba. Diversión y educación una vez mas se mezclan en el plan del día con los niños. Resulta muy divertido ver la cara de mi pequeña con gesto de asombro cuando descubrimos una casa de aquellos años y vemos cosas muy extrañas, como un orinal para hacer pipí, una jarra con una palangana, para asearse, cámaras de fotos antiguas, trabajadores fabricando utensilios con sus propias manos, atracciones impulsadas por la fuerza bruta de la persona gracias a una manivela, una escuela de antaño y muchas, muchas mas sorpresas.
¡Vivir un día en el año 1900 ha resultado ser muy divertido! y qué mejor forma de explicaros en que ha consistido nuestro tour, que con un recopilatorio de fotos que describe con exactitud la visita que se puede realizar.
Lo primero de todo es comprar lógicamente la entrada y hacerte con el medio de transporte mas peculiar que he visto para llevar a los mas pequeños.
Comenzamos paseando por el principio de la aldea, donde nos encontramos a diferentes trabajadores artesanos fabricando: utensilios, pan, otros ropa, hay para todos los gustos.
Seguimos hacia la zona de diversión mas esperada, donde a la entrada nos recibe una pequeña y preciosa noria, seguida de un montón de atracciones, cada cual mas bonita y peculiar.
Después de tanta diversión, nos entra hambre y hacemos un pequeño descanso para ir a comer. Nos sentamos a la mesa y nos sorprenden con un plato muy especial y sabroso, adornado con música antigua francesa en directo. ¡Genial!
Y como estamos un poco cansados del ajetreo , pensamos que una vuelta en carro tirado por un precioso caballo, no nos vendría nada mal.
¡Vale ya de tanta olgazanería y vamos al colegio a estudiar que llegamos tarde!
Cansados de tanto estudiar, nos ponemos de nuevo en marcha para descubrir que mas nos falta por encontrarnos en este túnel del tiempo viviente.
¿un paseo en barquito por su lago? ¿una granja con animalitos? ¿colarnos en una casa típica de aquellos tiempos? ¿y en sus tiendas? Nos quedan muchas cosas por hacer, el día es largo y hay que aprovecharlo bien. Ya empezamos a sentirnos como auténticos habitantes de principios del siglo XX, falta la ropa ¿Qué tal así?
Bueno chic@s, aquí un pequeño resumen de nuestro día en Parc Le Bournat. Regresamos de nuestro viaje al pasado, ahora estamos en el presente, en la era tecnológica, de los móviles, de internet de los blogs, y gracias a eso puedo aconsejaros ¡No os perdías este bonito parque temático con vuestros hijos!, os encantará.