Y seguimos nuestro viaje por el País Vasco, siguiente parada San Sebastián. He vuelto completamente enamorada de esa ciudad, me ha encantado, con sol, con lluvia, de día, de noche, da igual, es una ciudad con un encanto especial, mágica.
Ayuntamiento
Paseo de La Concha
Una vez que dejamos las cosas en el hotel, nos dirigimos a la Avenida del Boulevard para ir a la oficina de turismo a coger un plano de la ciudad. Después empezamos la caminata hacia El Peine del Viento, es un paseo precioso por la costa que se hace en 30-40 minutos y que merece muchísimo la pena. A nosotros nos empezó a llover justo cuando empezamos a caminar, pero aun así disfrutamos muchísimo del recorrido. Hasta llegar al peine del viento en el Paseo de Eduardo Chillida, se puede disfrutar de un bonito paseo al lado de la Playa de la Concha y la Playa de Ondarreta.
El Peine del Viento
El Peine del Viento nos gustó mucho, pese a vivir en la Ría de Vigo y estar acostumbrados a estas imágenes de la costa, ver las olas romper y los agujeros por los que se escucha el viento y sale con muchísima fuerza el aire nos encantó.
El Peine del Viento
Emprendimos el camino de vuelta y nos detuvimos en la plaza del funicular, para coger el funicular más antiguo de Euskadi que se inauguró en el año 1912 para subir al Monte Igueldo. Allí arriba hay un parque de atracciones y se puede disfrutar de una maravillosa vista de toda la ciudad. El precio de ida y vuelta en funicular es de 3 euros.
Vistas desde el Monte Igueldo
Funicular Monte Igueldo