Ojalá este año tan patoso sea divertido. 2021 ha puesto el listón bastante alto, y aun con sus momentos de bajona (que todas tenemos) y su pandemia, diría que ha superado mis expectativas. Creo que estoy pasando por una buena racha vital. Todavía tengo algunos demonios que enfrentar, pero me gusta ser optimista con lo que vendrá.
Hace un año me senté a escribir un post parecido a este. No he cumplido todo lo que me propuse (no he sacado fotos impresas, ni he actualizado la web de fotografía, ni he terminado de poner orden en mis armarios y cajones), pero sí he conseguido aquellas cosas que de verdad eran importantes para mí (no abandonar las acuarelas, seguir aprendiendo, salir a desayunar con mi hermana varias veces al mes,) Además, en 2021 hice algo que deseaba con ansias desde que tengo uso de razón: ¡adopté un gatete! Algún día te presentaré a Óliver en condiciones y le dedicaré una entrada blogueril, palabrita.
¿Y qué hay de 2022? Le pediría muchas cosas. Algunas me las voy a guardar para mí. Otras, las más sencillas, las comparto por aquí por si pueden servirte de idea o inspiración. Allá van doce metas, una por cada mes de 2022.
“Marilla, isnt it nice to think that tomorrow is a new day with no mistakes in it yet?”
(L. M. Montgomery)
Me despido con esta frase tan bonica que requetesubrayé cuando leí “Anne of Green Gables”; una cita que este año he copiado por doquier en la primera página de la agenda, del bullet journal y de algunas de mis libretas. Y es que, aunque estrenar año produce un subidón de energía y ganas, nunca está de más recordar que cualquier día es bueno para empezar loquesea. No hace falta esperar a enero, al primer día del mes o a que el reloj marque en punto. ¡Empieza ahora y con lo que tengas!
Y tú, ¿qué planes tienes para 2022?