Eran las 4:30 de la mañana cuando me desperté, que gran sensación la de saber que ahora en unas horas estarás de viaje a un nuevo destino, un nuevo país!, sin más me dispuse a hacer mi mochila para viajar con Ryanair, una compañía que aunque tiene buenos precios no recomiendo viajar con ella ya que no me gusta absolutamente nada, pero, no había más remedio.
Salió mi gran vuelo hacia mi próximo destino
Mi vuelo salía a las 6:35 de la mañana, así que, después de hacer mi mochila me puse camino hacia el aeropuerto de Barajas – Madrid.
Esa sensación de estar sentado en el avión, sin saber que me esperará en Bruselas, sin saber como llegar al hotel donde estaré alojado, creo que los viajeros de verdad me entenderán cuando digo que es una de las mejores sensaciones que se pueden experimentar, sin más, sale nuestro vuelo y como no, me pongo mis cascos y nos dormimos un par de horitas que es lo que tardamos en llegar a Bruselas.
Mi llegada a Bruselas
Son las 9:00 de la mañana en Bruselas, acabo de llegar y hace mucho frío, a penas 2 grados por la mañana y no se como ir a mi hotel, me encuentro en el Aeropuerto de Charleroi, a unos 50km más o menos del centro de Bruselas, cuando salgo por la puerta veo un autobús que transporta hasta Bruselas centro y voy a las taquillas a sacar el billete. Como sorpresa para este trayecto de 50 KM el precio del billete es de 17 Euros…Bastante caro para la distancia que hay entre el Aeropuerto y el centro de Bruselas…pero yo soy feliz con mi billete en la mano.
Lo que tarda el autobús en llegar es apenas 1 hora, la verdad que no me dí cuenta por que me tiré durmiendo todo el trayecto ( lo sé, duermo mucho ). Este autobus me deja apenas a unos kilómetros de mi hotel, el cual tendré que buscar el metro para desplazarme hasta donde estaba mi Hotel, cuesta un poco encontrarlo por que son renfes, lo que aquí en Madrid está mejor señalado pero allí es un poco raro todo, sin embargo el billete para toda la zona de Bruselas Central es bastante barato, apenas 3 euros como mucho costó el billete.
Ya por fin hemos llegado! mi primera impresión fue muy buena! me encantó lo que ví, salir del metro y encontrarme esa gran ciudad la cual tenía tantas ganas de explorar y perderme entre sus hermosas calles… sin más me pongo en marcha y lo primero que veo son las Galerías Ilot Sacre, una exposición universal de 1958 que merece la pena visitarlo, se me parecía mucho a las galerías de Vittorio Emmanuel, en Milán, igual de precioso la verdad.
Conociendo el corazón de Bruselas
Después de pasear y salir por el otro lado de las galerías no me pude resistir a la tentación de desayunar un buen Gofre!!!! y que gofre….que rico estaba, justo fue entrar en el comercio y dio la casualidad de que la chica que despachaba hablaba español, que bueno!, me vino genial para hacerla algunas preguntillas para así poder situarme un poquillo y ver hacia donde debía tirar. Después de comer, de tener la barriga llena me dispuse a andar un poco más y me encontré con la gran Maravilla de la Catedral de Bruselas, el monumento religioso más importante de Bruselas, llamada también la Catedral Santa Gúdula y San Miguel, una visita que es imprescindible.
Que increíble esta Catedral, merece mucho la pena entrar y verla también por dentro. Sin más, me dispuse a seguir mi camino, me dispuse a buscar la Gran plaza, esa de la que tanto me habían hablado y que estaba deseando conocer. No me costó mucho, apenas dos calles más abajo la encontré, por fin estaba ahí!, tuve la suerte de que estaban celebrando el año chino y estaba toda ambientada como si estuvieses en China, merece mucho la pena ver la foto que conseguí tirar a esta hermosa plaza.
Mi hotel estaba muy cerca de la plaza, el Hotel se llamaba Hotel Mozart, un hotel bastante chulo ambientado en el el compositor y la verdad que bastante cómoda la habitación. Como ya había visto algunas cosillas de la ciudad me dispuse a dejar las cosas y descansar un poco del viaje, al final cansa bastante el avión y los autobuses y vino muy bien, apenas en una hora estaba otra vez en marcha.
Mi primer destino de por la tarde fué conocer a mi querido Manneke Pis, una estatua muy típica de Bruselas y he de decir que me impresionó mucho lo pequeño que era!, era increible y estaba rodeado de muchísima gente haciendose fotos con el pequeño Belga!.
Después de conocer a mi querido amigo Belga fui a buscar el parque de Bruselas, en frente del palacio Real de Bruselas, pero antes teníamos que pasar por delante de la Place Royal, una plaza impresionante con la estatua de Godofredo de Bouillón en el centro, sin duda un regalo para la vista, aquí os pongo la foto.
Después de pasar por esta maravilla ande unos 6-7 kilometros hasta llegar al gran parque de bruselas junto con el Palacio Real, sin duda recomiento muchísimo visitar, es impresionante. Justo al llegar a este parque decidí seguir mi ruta hacia el parque cincuentenario, enfrente del museo del ejercito belga y que tenía como monumento esencial el arco del triunfo, obvio que tenía que pasar por debajo de el, me resulto muy impresionante y le conseguí hacer una buena foto aunque para llegar hasta el tuve que andar otros 6-7 kilómetros, ya empezaban a pesar un poco las piernas, pero se llegó y mereció la pena!.
Después de esta gran paliza a andar decidí coger el tren y encarminarme hacia lo que tenía muchísimas ganas también de conocer, el gran Átomo de Bruselas!!, para eso baje a Boison, una parada que se encuentra cerca del Palacio de la Bolsa, otro palacio impresionante que no pude evitar el fotografiar, creo que quedó una foto bastante chula.
Como ya dije, vamos a conocer el gran átomo de Bruselas, estaba en las afueras de la ciudad y tardé en llegar cerca de 40 minutos en metro, alrededor de unas 15 paradas más o menos y luego a pié un poquito también alejado del metro.
Pero llegué! al final lo conocí, como ya era un poco tarde lo encontré muy iluminado, muy bonito la verdad, no me esperaba que fuera tan enorme!, sinceramente me quede muy impresionado y a su vez le hice una foto digna de mi álbum como no!.
El fin de mi Viaje por Bruselas
Creo que después de esto no se puede explotar más una ciudad, apenas ande alrededor de 20 kilómetros, una buena paliza pero mereció la pena. Ya el segundo día apenas había mucho que ver, sinceramente me lo pase comprando regalitos y comiendo gofres en distintos sitios, si que recomiendo que se pruebe los bombones, son increibles! están buenísimos igual que todo lo que tenga chocolate. Lo que tengo bien claro que cada vez que recuerde Bruselas lo voy a recordar como el país del Chocolate ya que todas sus calles tienen ese olor tan increible que te dan ganas de entrar en todas sus chocolaterías!.