Nuestro viaje a Laponia 2/2

¡Y aquí llega la segunda parte de la aventura! Poneos cómodos que este post también es larguito...

Como os comenté el lunes, lo que más nos condicionaba era el tema de los vuelos. En cuanto a hoteles, trenes y empresas de actividades, pues si no era uno era otro, pero lo importante era llegar hasta allí. Lo más económico era ir y volver desde Helsinki, no directamente a Rovaniemi, pero tampoco nos disgustaba la idea de visitar la capital y luego movernos al norte con trenes. Y así lo hicimos. Volamos a Helsinki el día 1 (os podéis imaginar nuestra nocheviaje este año, después de las uvas nos fuimos a hacer maletas y a las 4 de la mañana aún estábamos haciendo el check in online) y volvimos el día 8, llegando a Valencia al mediodía, a tiempo incluso de la última comida familiar de la temporada navideña. Y aquí va nuestro planning de lo que hemos hecho cada día:

DIA 1 HELSINKI: visita a la ciudad

Llegamos al aeropuerto siendo ya de noche, así que cogimos un taxi y directamente nos fuimos al hotel (con las horas que eran y el frío que hacía no era plan de quedarse allí a esperar el autobus y luego ir andando desde donde nos dejase a buscar el hotel). El hotel que cojimos fue el Omena Hotel que estaba muy bien de precio y bastante cerca de la estación. Es tan barato porque no tienen ni recepción, tú mismo te autogestionas (Roberto y yo ya estuvimos en uno así en Bruselas y la verdad es que son muy recomendables para viajar en plan low cost). El día de llegada te mandan un mensaje al móvil con un código, que es el que tienes que utilizar para abrir la puerta de la calle, subir en el ascensor y abrir la habitación. Perfecto si quieres ir a tu bola.

El lunes nos levantamos, llevamos las maletas a la consigna de la estación ya que por la noche cogíamos el tren y así ya las teníamos allí, y tuvimos todo el día para descubrir la ciudad: la catedral, la estación de tren de principios del siglo XX, visitar mercaditos navideños, tiendas, compras, etc. Hicimos mil fotos porque estaba todo súper bonito con la decoración navideña y además empezaba a nevar y nosotros súper emocionados. Ese día estuvimos a -3º y al final la nieve ya calaba, así que parar para tomar un café o entrar en tiendas nos venía muy bien ya que aprovechábamos unos minutillos para entrar en calor :P Por la noche teníamos ya los billetes del tren que habíamos comprado por intertnet, así que fuimos a la estación, cogimos las maletas y nos subimos a nuestro tren con cama y descansamos mientras hacíamos camino hacia el norte.











DIA 2 KEMI: rompehielos y baño en el mar helado

Después de unas 10 horas de viaje llegamos a Kemi por la mañana. Fuimos al hotel a dejar las maletas (el tema de maletas ha sido un poco rollo, lo tengo que confesar, porque cada día cambiábamos de sitio, pero bueno, si quieres hacer tantas cosas, es lo que toca). En este caso fuimos al hotel Palomestari, en el que quedaban plazas y que admás era el más barato y más cercano a la estación, así que perfecto. Esperamos media hora mientras tomamos un café y puntuales nos recogieron para ir a la actividad del barco rompehielos. Esto yo no sabía que existía hasta que nos pusimos a mirar los viajes, y en cuanto lo vimos dijimos: ¡esto hay que hacerlo!. Escribí al barco (el Sampo, el único que hay en Finlandia) y me dijeron que estaba completo, que había que reservarlo con meses de antelación... Mi gozo en un pozo. ¿Pero si yo había estado mirando y me salía disponible? Pues sí, pero era otro rompehielos, el Polar Explorer, y no estaba en Finlandia, estaba en Suecia. A nosotros nos daba igual uno que otro la verdad, y éste segundo era incluso más barato, y nos recogían en Kemi, nos llevaban a Suecia y luego nos volvían a llevar a Kemi. Pues perfecto, lo reservamos.

La experiencia fue genial, navegar por el mar helado y ver como se va rompiendo el hielo y van saliendo los bloques. Una pasada. Una pasada a -16º, sacabas la mano del guante para hacer una foto y se congelaba enseguida. El barco además estaba poco lleno, no seríamos más de 30 personas, así que pudimos hacernos un montón de fotos solos sin gente de fondo (en el otro no me quiero imaginar, si estaba completo y cabían 150 personas...). La actividad también incluía un baño en el mar, así que pararon a mitad de recorrido, nos pusimos los trajes estancos y bajamos caminando sobre el mar congelado para meternos en el agua. Muy chulo también, y muy divertido a la vez, parecíamos teletubbies (a las fotos me remito XD). El Sampo incluía comida en el barco (creo que un único plato), y para nuestra sorpresa en el Polar Explorer fue mucho más especial. Durante el camino de vuelta a Kemi pararon justo en la frontera, en el pueblecito de Kukkolaforsen. Curiosamente el pueblecito está dividido en dos por el río que hace de frontera entre los dos países, así que medio pueblo es sueco y medio es finlandés. En un lado eran las 14h y en el otro las 15h. El restaurante donde comimos era una empresa familiar, los dueños eran encantadores y la comida fue genial, un buffet libre donde probamos un montón de comida típica: salmón pescado en aquel río, albóndigas suecas (me acordé mucho de IKEA :P ), etc. Así que NOTA para futuros viajeros, este barco tenerlo MUY en cuenta ; )

A la vuelta nos dejaron en el hotel, donde nos metimos un rato a la sauna (casi todos los hoteles allí tienen sauna) y nos relajamos y entramos en calor, que lo necesitábamos, la verdad. Ese día hicimos noche en Kemi.













DIA 3 ROVANIEMI: trineo de huskies, motonieves y aurora boreal

Por la mañana volvimos a coger el tren y en hora y media estábamos más al norte, en Rovaniemi, la capital de la provincia de Laponia y donde vive Papá Noel. Cogimos el autobús hasta el centro y esperamos a que llegase la hora de reunirnos con Laura, una finlandesa que nos alquiló su apartamento por Airbnb. Un piso muy nórdico y muy acogedor, y ella encantadora, además había vivido en Granada así que hablaba un poquito de español :P



Ese día a las 14h teníamos contratado un safari de trineos con huskies, así que fuimos a la empresa (también al lado del apartamento) y nos llevaron en furgoneta hasta el lugar (en furgoneta porque nuestro autobús ya se había ido y se dejó allí a 6 personas). Esta actividad creo que es la que menos me gustó... A mí me encantan los perros y creo que en gran parte fue por eso... Los vi casi todos como jovencitos, pequeñitos, un poco delgados... no eran los tipicos huskies grandotes y fuertes... eran como novatos y la verdad es que me dieron mucha penita. Algunos aullaban, otros estaban acurrucados durmiendo cuando llegamos y se tuvieron que despertar para llevarnos, otros nos miraban extrañados... Y donde viven eran jaulas gigantes a la intemperie que me parecieron como una cárcel... No sé, no me gustó mucho la verdad... Además ese día estábamos a -30º y aunque tengan pelo y estén más abrigados que nosotros, ¡eran -30 grados! Si yo tenía frío con 3 capas, un chaquetón y el mono que nos prestaron para la actividad, ¿cómo estarían los pobres? Además estaban como nerviosos, les costaba arrancar y tirar del trineo (Roberto se pasó todo el recorrido tirando del trineo como si fuese un monopatín para ayudarles). Yo además ahí si que pasé mucho frío. Iba sentada en el trineo, con la mochila entre las piernas y tapada con tres mantas (congeladas eso sí) y quería ponerme más guantes, más gorros, taparme mejor... Los guantes que me prestaron en la empresa eran pequeños y no me cabían sobre los míos, y yo llevaba más cosas para abrigarme en la mochilla, pero como el guía no paraba me daba miedo abrirla, ponerme a rebuscar y que se me cayesen cosas por el camino. Además es que con tantas capas casi ni te puedes mover. Así que nada, pues a pasar frío. Así que no, esa experiencia no la disfuté mucho... Y en la empresa como os he dicho había un poco de descontrol, así que yo no repetiría con ellos.







Por la noche teníamos otra actividad, safari en motonieve para ver la aurora boreal. Ésta me hacía mucha ilusión por la aurora, pero me daba miedo por las motonieves. Si por la tarde que fue un paseo pasé frío, por la noche que aún haría más, y con las motonieves que irían más rápido... Pero no :) Esa actividad fue genial. Nuestro guía era súper amable, eramos sólo 8 personas, y el hombre nos abrigó muy bien (de nuevo teletubbis con el súper mono y los cascos). Condujimos hasta la primera área abierta para ver la aurora y allí estaba, bailando en el cielo. Era enorme, todo el cielo cubierto, de lado a lado. Yo no podía parar de hacer fotos, sin guante y todo, ya mi mano se acostumbró a los -30 y yo no pensaba en el frío. Al no haber casi luz tenía que estar muy quieta para que las fotos saliesen bien, y la verdad es que era un poco dificil así que muchas salieron borrosas. Pero bueno, ahí estan como recuerdo de aquel momento tan bonito. El guía además llevaba un pequeño remolque en su motonieve con una barbacoa, y allí en medio bajo la aurora nos hizo unas salchichas y nos preparó una bebida caliente. El fuego nos vino también muy bien para acercarnos cuando notábamos frío. Luego continuamos la marcha para ir un rato con las motonieves, hasta que el frío ya empezaba a notarse y decidimos regresar a la oficina.







DIA 4 ROVANIEMI: aldea de Santa Claus y hotel de hielo

Por la mañana cogimos el autobus número 8 junto al apartamento y a unos 7 kms llegamos a la aldea de Santa Claus. Allí hicimos la cola para poder verle en su oficina (unos 40min) y cuando llegamos nos hicimos (y compramos) la rigurosa foto y vídeo del momento. Allí vimos renos, nos hicimos la foto cruzando al círculo polar ártico, compramos regalitos... lo típico. El lugar no era muy grande y se ve en un par de horitas. Si vais con niños hay justo al lado una zona de actividades en la que seguro que se lo pasan pipa :P









Volvimos a coger el autobus y regresamos a Rovaniemi. Cogimos las maletas del apartamento, comimos en un restaurante típico que nos recomendaron y a las 16.30h nos recogían para ir al hotel de hielo, el Artic Snow Hotel. Sí, un hotel hecho de nieve y hielo. Era otra de las cosas que incluían algunas agencias "si había disponibilidad", pero que no nos confirmaban si iba a haber o no si no pagábamos antes (¿?). Es que si me vas a decir que no hay disponibilidad directamente no cojo este viaje... Por eso creo que es mejor organizártelo a tu manera, a tu ritmo, con todo lo que quieres hacer y asegurarte de que lo puedes hacer. Bueno, este hotel estaba aún más al norte de Rovaniemi, en Sinettä, y como no había trasporte público cogimos el transporte del hotel, que al final resultó ser la mejor opción en cuanto a precio y comodidad. Allí llegamos sobre las 17h, nos hicieron un tour para enseñarnos el hotel, las habitaciones, las suites, el bar de hielo, el restaurante de hielo y hasta una capilla de hielo. A las 19h habíamos contratado otra actividad en el hotel. Esta vez sauna finlandesa, jacuzzi exterior y sauna de hielo. Sí, todo eso, y de nuevo a -30º que estábamos. Primero nos metimos en la sauna, que te mueres de calor. Luego mojados y a -30º nos subimos por fuera a la terraza que era donde estaba el jacuzzi. Allí dentro muy bien, muy calentitos, bajo las estrellas y con la nieve en los bordes del jacuzzi, pero amigos, las toallas y las zapatillas mojadas allí estaban a la intemperie... Imaginaos lo frías que estaban cuando salimos del jacuzzi para volver a bajar... Pero bueno, te la pones rápido sin pensarlo y bajas corriendo para entrar a la sauna de hielo. ¿Una sauna de hielo? ¿Eso es posible? Pues sí... todas las paredes de hielo como en el hotel, y te metes dentro y claro, al salir el vapor de las piedras estás calentito, pero al rato aquello empieza a derretirse y empiezan a caer gotas frías que de nuevo te activan la circulación... Por eso mismo en esa sauna no puedes estar más de 10 minutos, porque sino se derrite completamente. Así que, otra vez para fuera... Crúzate el patio de nuevo para llegar a la primera sauna y entonces sí, vuelves a entrar en calor para ya quedarte bien relajado. Una experiencia de contrastes que la verdad que yo pensaba que íbamos a morir congelados, que no se podría aguantar estar mojados en el exterior a esa temperatura, pero como el cuerpo sale muy caliente y el trayecto son apenas unos segundos, pues se puede aguantar. Además dicen que es muy benificioso para el cuerpo, ¿no?

Después cenamos en el restaurante y nos fuimos a nuestros aposentos. Cada habitación dispone solo de la cama, con un colchoncillo algo blandito con pieles de reno para mantener el calor, toda rodeada de hielo, y una mesita que es tal cual un bloque de hielo, un cubito gigante. Tenías que dejar todo el equipaje en una habitación anexa con taquillas que sí estaba calefactada ( y con camas normales por si no aguantabas dormir en esas condiciones), porque el hotel para que se mantenga está a -5º (era un alivio entrar desde fuera porque eran 25º más de diferencia) y los baños también eran un módulo anexo con calefacción. Y allí dormimos, a -5º metidos en sacos de dormir que te proporciona el hotel, y yo os digo que incluso pasé calor. Al estar tan retirado y en medio del bosque, también hay muchas posibilidades de ver la aurora boreal, y sí, tuvimos mucha suerte y por segundo día consecutivo allí la vimos. De hecho el hotel tiene una alarma para auroras y te avisan en mitad de la noche si hay auroras para que te despiertes y puedas verlas. Ese hotel también tiene unas habitaciones en forma de iglú con el techo de cristal para ver la aurora calentitos desde la cama, pero éstas ya se disparaban de precio y si justo esa noche no hay auroras, menuda gracia... Así que optamos por la habitación de hielo, que también nos hacía gracia pasar la noche en condiciones árticas (luego te dan un diploma y todo) :P







Ahhh! Y junto al hotel tienen un vallado y tienen un renito de mascota ^.^ El guía dijo el nombre, pero entre que iba por delante contando cosas y nosotros con la cabeza y las orejas súper tapadas, ninguno nos enteramos de cómo se llamaba el animalito. Era súper bueno, se acercaba a nosotros, se dejaba acariciar y hasta le dimos de comer : )



DIA 5 ROVANIEMI: pesca en el hielo y hockey sobre hielo

Después del desayuno contratamos otra actividad en el mismo hotel. Al estar junto al lago, ofrecían pescar sobre hielo, y ale, ahí que nos apuntamos. Esta fue una actividad bastante sencillita, pero bueno, teníamos que probarlo todo ya que estábamos allí. No pescamos nada por cierto.



Después nos volvieron a llevar a Rovaniemi. Paramos en la estación de tren y dejamos las maletas en la consigna ya que por la noche nos esperaba de nuevo otro tren-hotel. Por la tarde aprovechamos las últimas horas para ver un partido de hockey sobre hielo. El equipo de Rovaniemi jugaba justo ese día y también cogimos entradas. Lo mismo, que no nos lo cuenten XD



Tras el partido volvimos a la estación y sobre las 21h cogimos el tren de vuelta a Helsinki. Esta vez el viaje era más largo y nos esperaban unas 12 horas allí, pero bueno, vas durmiendo y descansando así que del viaje ni te enteras. Además las camas son bastante cómodas y algunos compartimentos incluso tienen baño dentro, pequeñito (parecido al de los aviones) pero para asearte es más que suficiente. A la ida sí pudimos coger compartimentos con baño, a la vuelta el tren estaba ya muy lleno y nos tocó uno sin baño (aunque un lavabo sí tiene, que para lavarte los dientes o la cara por la mañana viene bien) y en el mismo vagón hay siempre un baño y una ducha para que los puedan usar todos los pasajeros, así que tampoco es ningún problema. En las estaciones de tren no había wifi, pero en el mismo tren sí que hay y durante el viaje puedes ir tumbado cargando el móvil y aprovechar para mirar internet, redes sociales o hablar con la familia. Si viajáis con niños, tienen áreas de juegos en algunos vagones para que no se aburran durante el viaje, y para dormir hay compartimentos familiares o para grupos, es decir, dos compartimentos juntos de 2 personas que se conectan entre ellos y forman uno de 4 personas (como en muchos hoteles que se conectan dos habitaciones), pero NOTA importante: si los niños son menores de 10 años viajan gratis si duermen con los padres en la misma cama del tren.

DIA 6 HELSINKI: visita a la ciudad

Llegamos a las 9 de la mañana, volvimos a dejar las maletas en las consignas y nos fuimos a ver lo que nos faltaba por visitar. Al principio íbamos a hacer dos días seguidos en Helsinki, pero por el tema de los trenes nos venía mejor esos días para aprovechar dos noches viajando y durmiendo, así que separamos la visita a la ciudad entre el primer y el último día. El primer día vimos el lado este y este día nos tocaba el oeste. Este día fue un poco más arquitectónico porque yo quería visitar un par de sitios. Cuando estudiaba diseño de interiores, un proyecto que tuve que hacer fue un centro de meditación. Mi profesor creo que se inspiró en una capilla de Helsinki del estudio K2S, la capilla del silencio. Es una capilla muy pequeña, redondeada y toda hecha de madera. Yo tenía mucha ilusión por verla, porque además tengo un proyecto entre manos con una capilla también, así que quería verla en persona para empaparme bien de las sensaciones que transmite. El otro lugar que quería visitar era la iglesia de Temppeliaukio o iglesia en la roca. Esta iglesia está excavada en una roca que se aprecia en sus paredes, y su cubierta está hecha de madera y cristal por lo que recibe bastante luz natural. Ese día hacía sólo -6º pero hacía ventisca así que tampoco nos apetecía mucho estar por ahí dando vueltas. Comimos y nos fuimos pronto al hotel (el mismo que el primer día) a ducharnos, descansar calentitos y acostarnos pronto, que al día siguiente nos volvíamos a España súper pronto y había que madrugar mucho. De nuevo volvimos a coger la misma empresa de taxis del primer día. Mandamos un email para que nos recogiesen en la puerta del hotel a la hora que queríamos y allí estaba súper puntual para llevarnos al aeropuerto.







* * *

Y hasta aquí nuesta aventura lapona. La verdad que ha sido un viaje muy intenso, no hemos parado de hacer cosas y el paisaje nevado y el ambiente navideño era espectacular. No esperabámos pillar esta ola de frío polar con estas temperaturas tan extremas, pero abrigándote con muchas muchas capas se puede aguantar. Eso sí, los días de más frío se nos congelaban las pestañas y el pelo, parecíamos de Frozen, tal cual XD





En cuanto a las comidas tengo que decir que también hemos comido muy bien, reno sobretodo. Solomillo de reno, hamburguesa de reno, salchicha de reno, sopa de reno, pizza con reno, kebab de reno... No es que sólo tengan reno allí, pero cuando veíamos algo con reno lo pedíamos, que aquí es más difícil encontrarlo.

Espero que os haya gustado cómo hemos organizado el viaje y que pueda ayudaros si estáis planeando ir algún día. He puesto los enlaces a los sitios para que los tengáis localizados y espero que nuestra experiencia os sirva a muchos ; )

El viernes os cuento curiosidades de las casas finlandesas.

¡Un besazo!



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Etiquetas: navidadnórdico

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