A veces no sé cómo debo reaccionar,
si perderme entre las sombras,
o susurrarle a gritos al viento
aquello que tanto anhelo,
o si debo preguntarle
por qué no cambia de rumbo.
Sigamos alimentando al diablo,
sigamos con nuestro teatro,
cuyos cimientos se tambalean...
bajo nuestros pies
sin ser apenas conscientes de ello.
Ahora más que nunca me importas, hermana,
y ahora más que nunca te siento lejos.
Necesito, necesitamos, darte un abrazo
y pedirte que todo vuelva a empezar.