Mi tolerancia se encuentra suspendida, muy en el fondo de mi razón, y desde hace un largo tiempo no encuentro argumentos valederos para cambiar mi actitud.
¿Negativa?
¿Realista?
¿Afligida?
¿O simplemente la revolución hormonal de la ovulación femenina mensual me está jugando una mala pasada esta vez?
¿Cuál es el límite, beneficioso, de la introversión y el pedido justo de respeto en la relación con otro y hasta con una misma?
Siempre pensé que con amor todo es más fácil, pero hoy me pregunto… ¿si no es todo tan sencillo, aunque debería serlo?
Percibo que desperté en mí una capacidad de atraer a mi presente obstáculos de una manera odiosamente natural.
A menudo no consigo la plenitud sin un objetivo preciso al final del camino, pero ¿qué ocurre cuando el blanco desparece? ¿Se puede vivir sin sueños? ¿Sin una meta que alcanzar?
Esos asuntos y algunos más son los que me cuestiono cuando necesito un cambio, de verdad.