El mineral coraza
© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
Aunque practicada por los romanos, que aquí localizaron también yacimientos de oro, la actividad minera en Navasfrías tuvo su momento de esplendor durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Las necesidades logísticas de la maquinaria bélica subieron a los altares a un mineral poco valorado hasta ese momento: el wolframio o tungsteno, elemento natural que utilizado en la fabricación de aceros sirve para mantener la dureza de estos materiales a elevadas temperaturas, 5.000 o 6.000 ºC, sin que se ablanden o derritan. Utilizado en tiempo de paces para la fabricación de herramientas de corte o aceros para trabajos en caliente, en tiempo de guerras se convirtió en una piedra de lujo cuya principal utilización se dio en el blindaje de carros de combate y cañones para evitar que por el uso o los impactos se derritieran como el chocolate en la solana del mediodía.
Complejo minero visitable. Mina de Wolframio La Salmantina. Navasfrías. Salamanca. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Es así como su explotación se consolidó como una industria prioritaria para todos los bandos enfrentados y su tráfico y manipulación en información estratégica que los militares se afanaban en ocultar al bando contrario. En España, las prospecciones y explotación minera del wolframio se transformó en obsesión febril entre 1935 y 1946, al vaivén de los diferentes conflictos bélicos que fueron sucediéndose en España y Europa. Los habitantes de a pie que vivían en torno a las explotaciones mineras de las que se extraía ese material, especialmente abundantes en el suroeste salmantino, El Bierzo y algunas zonas de Galicia, intentaron aprovechar la coyuntura de todas las formas posibles. La principal y menos arriesgada era la participación directa en la extracción del mineral a través de las empresas encargadas por el Estado en ese momento. Otras menos lícitas, más arriesgas pero también más lucrativas giraban en torno al comercio ilegal del mineral y del contrabando.
Complejo minero visitable. Mina de Wolframio La Salmantina. Navasfrías. Salamanca. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
Las minas de Navasfrías no eran las únicas de la zona ni siquiera las más productivas. Muy cerca, pero en territorio portugués, se localiza la mayor explotación de wolframio de la Península. La particularidad de la mina de Navasfrías denominada La Salmantina es, precisamente, su cercanía a la frontera, apenas dos kilómetros la separan del país vecino. Este hecho propició un fluido contrabando de mineral que, a través de Portugal salía hacia el bando aliado durante la Segunda Guerra Mundial. Algo que la vigilancia de la dictadura franquista trataba de evitar a toda costa mientras se empeñaba en hacer llegar el mineral español a la Alemania nazi.
De una u otra forma, lo cierto es que durante unas décadas la vida de Navasfrías y los pueblos del entorno giraron de manera inevitable alrededor de unas minas que, tras su cierre definitivo en 1975, ahora han sido recuperadas para su visita turística.
Complejo minero visitable. Mina de Wolframio La Salmantina. Navasfrías. Salamanca. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
La mina de La Salmantina comenzó su explotación en 1916 para dedicarse a la extracción del estaño y el wolframio de los filones incluidos en el granito. Un paseo por la zona acondicionada evidencia cómo las labores mineras conllevaron la excavación de un gran número de zanjas, pozo, y galerías. El paseo por algunas de ellas revela tanto la dureza de las labores como la envergadura del trabajo realizado. Se calcula que el total del mineral extraído en esta explotación estaría en torno a las 5.000 toneladas, con una riqueza media de mineral lavado de 5 kilos de wolframio por tonelada extraída. La del estaño estuvo entre los 400 gramos y los 4 kilos por tonelada.
Aunque uno de los pozos habilitados para la visita no requiere permisos especiales, puede concertarse el recorrido de la galería más extensa con el ayuntamiento de Navasfrías. La rehabilitación de este paraje minero incluye también zonas de bateo de oro, tal como lo practicaron los habitantes del entorno en el pasado.
EN MARCHA. Hasta Navasfrías puede llegarse por la carretera de Ciudad Rodrigo hacia Villasrubias. Pasada esta localidad está el desvío de Peñaparda y El Payo.
LA SALMANTINA. En la carretera que une El Payo y Navasfrías, a 4 km de ésta, se localiza el puente sobre el río Rubioso. Por su orilla izquierda sale aguas arriba la pista de tierra que permite llegar hasta este entorno minero.
LA VISITA. El recorrido a pie comienza en el área recreativa. Tras una primera rampa se alcanza el desvío que conduce hasta el primero de los pozos explorables. El camino principal lleva en otros 500 metros más hasta la segunda de las galerías, cerrada y para la que es necesario contactar con el Ayuntamiento: tel. 923 47 50 01. Web: www.aytonavasfrias.com.
Mapa de situación
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