Esta mañana he salido de casa a las 8 con una resaca nivel 253, dejando en mi cama a un holandés de metro noventa durmiendo. Con una copia de las llaves de mi casa, su propio cepillo de dientes y más de un par de pantalones y camisetas en mi armario. Además de libros y cosas.
Pensemos en esto por un momento, por favor. Que apenas hace un mes,
Por otro lado, la primera vez que me cogió de la mano fue en nuestra tercera cita.
Así que con estos antecedentes no debería sorprenderme que en un mes tenga tantas cosas en mi piso. Pero
En fin, que esta mañana he salido de casa dejándole durmiendo (máááás mono) y cuando he vuelto me he encontrado con...
...una nota del holandés diciéndome que se reuniría conmigo para comer en la universidad (surprise!). (No, de verdad, él también deja cositas entre paréntesis. Somos almas gemelas). Nota que debería haber visto al volver a casa DESPUÉS de que me diera la sorpresa, pero como vivo en una película ni si quiera nos hemos cruzado y, por supuesto, los móviles no funcionaban. (¿Cuántas veces me va a pasar esto?)
De todas formas, qué mono ¿no? Hasta ha sacado la basura. «Dios, tía, es tu marido» (mensaje de Emma al leer esto).
Esto es que somos novios-novios ya ¿verdad? Es que ha llegado un punto en el que sinceramente creo que necesito unas nociones básicas sobre el amor y las relaciones.