Cumplir años para muchos puede ser buen motivo para festejar con amigos, y el nuevo año en el calendario personal sería entonces una excusa de reunión y diversión.
Para otros, en cambio, funciona como momento reflexivo y de evaluación sobre los logros o fracasos vividos en ese tiempo.
Esta vez, para ti, puede ser un día muy especial.
¿Será por sentir un poco de cada una de esas cosas? Puede ser, claro.
Y la otra parte que lo hace diferente (si me pongo a sentir en lugar de pensar) te puede acercar más a ti misma y volverte a descubrir quizá para perdonarte
¿Por qué no?
Así es, si hiciera falta discúlpate.
Perdónate por querer más de lo que puedes alcanzar a simple vista y sobrevalorar a personas que tendrías que esquivar.
Por exigirte lavar religiosamente las sábanas los domingos por la tarde.
Por ser adicta a los chocolates, las gaseosas y alguna que otra costumbre que puedes comenzar a revertir para mejorar tu estado físico y beneficiar tu salud.
Discúlpate si eres obsesiva con tus pasiones, aunque eso te cause cervical tensionaria crónica diagnosticada por el médico.
Por ser testaruda, porque te permite continuar soñando con que puedes cumplir alguna que otra fantasía.
Por sentirte culpable por no hacer las cosas más fáciles; y extrañar, sentir, llorar, desestimar y desear.
Libérate por no olvidar y preservar latente tu capacidad de amar, pero enfócate, ahora misma, en el hombre adecuado.
Absuélvete por olvidar todo lo que has aprendido hasta hoy y vuélvete a equivocar, una vez más.
Hoy, es tu día.
Permite elegirte, aceptarte y quererte, sobre todas las cosas.