Si echamos la vista atrás, y con permiso de este 2020 que va camino de romper todos los récords, nos encontramos con un año que, por acumulación de sucesos podemos decir que cambió el ritmo y ruta de la sociedad, os estamos hablando de 1968, y de actos tan importantes como: las revoluciones estudiantiles del “Mayo francés”, la matanza estudiantil de México en octubre, los asesinatos de Martin Luther King y John Fitzgerald Kennedy, entre otros.
En ese mundo convulso que luchaba por los derechos de los estudiantes y de las minorías, faltaba todavía un año para que, después de unos nuevos disturbios, el movimiento LGTB se lanzara a la calle.
En esos momentos de incertidumbre y de ocultación social, Mart Crowley estrenaba en Broadway una obra de teatro que, pasados más de 50 años continua tan vigente como el primer día, y porque no decirlo, regularmente en cartelera. Hace un tiempo, y fruto de la alianza entre el creador televisivo Ryan Murphy y la plataforma de streaming Netflix, se anunció a bombo y platillo que, dicha obra teatral sería llevada al cine bajo su mismo título: “Los chicos de la banda”.
Después de una espera más o menos larga, la adaptación cinematográfica de “Los chicos de la banda” llegó a nuestras pequeñas pantallas y hoy, desde este rincón, os contaremos lo que nos ha parecido.
“Los chicos de la banda” empieza desplazándonos a la Nueva York de 1968 donde nos encontramos con Michael (a quien da vida Jim Parsons) en los días previos a una fiesta de cumpleaños que él organiza en su ático de la Gran Manzana. Sin tiempo de reaccionar recibe la llamada de su amigo y ex, Donald (Matt Bomer), quien le avisa que está de camino de su casa después de una sesión frustrada con su psiquiatra.
Finalmente, Donald se queda en el piso de Michael hasta el día del cumpleaños cuando, además, Michael recibe una nueva llamada, en esta ocasión de un amigo de la universidad Alan, quien no conoce nada de su vida. Sin poderlo evitar, Michael y Alan acaban acordando verse unos minutos antes de la fiesta.
Llegada la hora, van desfilando por el piso de Michael todos sus amigos e invitados, el entrañable, divertido y encantador Emory (Robin de Jesús), Bernard (Michael Benjamin Washington), y la pareja formada por Larry (Andrew Rannells) y Hank (Tuck Watkins), y como no, el cowboy (Charlie Carver) o regalo de Emory para el cumpleañero.
Poco después de que los seis amigos ultimen los detalles y empiecen a beber, hace irrupción el protagonista de noche, Harold (Zachary Quinto) un hombre superficial y muy desagradable quien poco a poco va minando en la autoestima del resto, en especial del anfitrión, Michael. Por si fuera poco, y sin que nadie se lo espere, hace acto de presencia en el piso Alan, por cierto, el único hetero de la fiesta.
A partir de este momento las tensiones entre todos se disparan, en un primer momento por la agresión homófoba de Alan a Emory por su pluma y su forma de ser. Cuando las aguas parecen calmarse, entre los amigos empiezan a marcarse las fisuras que hay entre ellos y sus relaciones, provocando que Michael explote con un cruel juego de introspección en los sentimientos de cada uno que, llegará a desbordar las emociones de más de uno.
Protagonistas de "Los chicos de la banda"
Como ya os podéis imaginar, y aunque esta “Los chicos de la banda” sea una segunda adaptación al cine de una obra teatral, ha llegado el momento de dejar su desarrollo argumental para centrarnos en su apartado más técnico.
Sin lugar a dudas, uno de los grandes éxitos de “Los chicos de la banda” es que, pese a que el texto original tiene más de 50 años, aún a día de hoy continua totalmente vigente, sobre todo gracias al brillante trabajo de guion que se ha realizado en esta adaptación. En este sentido, el equipo de guionistas ha conseguido, con notables diálogos (algunos cargados de muy mala leche) y abundantes juegos de palabras, dividir la acción en dos grandes bloques, el primero más ligero y divertido y el segundo, cargado como una bomba de relojería emocional y dramática. Y todo esto, sin olvidar el retrato de los dos temas principales de “Los chicos de la banda”, la homofobia y la aceptación social de la homosexualidad en todas sus facetas.
Otro de los grandes puntos de esta versión de “Los chicos de la banda” radica en su casting donde destacan especialmente cuatro nombres: Jim Parsons, Zachary Quinto, Matt Bomer y Charlie Carver. A Parsons, aunque no es santo de nuestra devoción, debemos reconocerle su gran trabajo dando vida al religioso y amargado vividor Michael (su explosión dramática es realmente espectacular), de Quinto decir que nos ha encantado su trabajo dando vida al odioso y viperino Harold. Ambos, sin lugar a dudas, las auténticas almas de “Los chicos de la banda”. De secundarios, nos quedamos con Matt Bomer en su papel de gran amigo buenorro con tantos problemas como buenos sentimientos y con Charlie Carver dando vida a un gigoló un tanto justito que aporta las bromas más frescas de la cinta.
Por todo lo que os hemos contado y porque esta versión de “Los chicos de la banda” funciona como un perfecto reloj suizo, nuestra nota para ella es de un 7.5 sobre 10.
Título original: “The boys in the band” – 2020 – USA
Dirigida por: Joe Mantello
Duración: 122 minutos
Género: Drama, LGTBI, Amistad