La entrada cuesta diez euros por persona y no dejan hacer fotos en el interior, justo cuando te sientas en la barca realizan una foto de grupo que luego puedes comprar por seis euros. La barca la dirige un guía el cual te ofrece explicaciones de las diferentes galerías que puedes ver a los lados, la mayoría iluminadas para que se puedan observar mejor sus cavidades. La verdad es que si sois amantes de las estalactitas y las estalagmitas, aquí no vais a encontrar muchas, pero como os he dicho simplemente por verlas encina de una barca merece la pena entrar.
La visita es de unos 40 minutos y hace unos 20 grados por lo que es una buena opción para los días de calor. Se hacen unos 800 metros en barca ida y vuelta y algo más de 200 metros caminando. De la zona que se hace andando quizá lo que más llame la atención sea el dinosaurio, ya que si te colocas de una determinada manera en una piedra puedes ver a tamaño natural un dinosaurio o la cabeza del diablo iluminada en rojo. No obstante, hay que resaltar las estalactitas que se pueden observar en este tramo.
Por su parte, en la parte navegable cabe destacar la sala de los murciélagos, que tal y como nos explicó el guía se llama así porque antes estaba habitada por estos animales, aunque ahora con el número de visitas que hay a la cueva emigraron, también hay que resaltar el lago de Diana, el lago azul o la galería de los sifones.
En el complejo donde se encuentran las cuevas hay varias tiendas, así como diferentes establecimientos para comer o picar algo, algunos de ellos con forma de cueva y con diferentes menús, por lo que si no vais con prisa podéis pasar allí un agradable día.