No me cansa decir que tenemos un país de película. Que nos empeñamos en irnos lejos y tenemos tesoros incalculables más cerca de lo que pensamos. Creemos que la desconexión está a diez horas de vuelo y la tenemos a varias en coche. Sabemos de memoria las conexiones low cost del aeropuerto de nuestra ciudad como si fuésemos una torre de control. Y a veces no hemos pisado lugares increíbles y cercanos. Os pongo un claro ejemplo: Teruel, mi gran hallazgo desde hace unos años.
Teruel da para mucho pero vamos a centrarnos en una zona que parece sacada de una película italiana: El Matarraña. Os cuento mi crónica de intensas 48 horas para Spain Magazine en un lugar único e increíblemente bello como es el hotel la Torre del Visco, que se sitúa en las mejores listas de los sitios con más encanto de mundo. Y tiene mil motivos para ello.
Si tuviese que condensar la esencia del lugar en pocas palabras: El lujo de lo sencillo y auténtico. Y esa es la filosofía del lugar que te atrapa nada más entrar en su larga pista de acceso y que desprende un olor impresionante a campo. Al llegar allí en coche bajamos la ventanillas, la música, la voz Todo te atrapa.
El lugar es la vida de campo bajo el menos es más en estado puro. Es una preciosa masía del S. XV que hace casi 25 años descubrieron sus dueños británicos. Gemma capitanea con maestría esta preciosa casa de cuento campestre, elegante y soberbia.
Nos llamó la atención la cantidad de huéspedes que había de otros países y que llevaban muchos años fieles al lugar. “Llegamos hace muchos días y no hemos salido todavía de aquí” nos comentaba un elegante grupo de amigos de Francia que iba a cenar. Y no me extraña para nada porque se pueden hacer muchos planes preciosos. Organizan cursos de cocina, talleres del cultivo ecológico, de arte, de fotografía, conciertos, experiencias para ver las estrellas y no dejar de soñar Conocidas son las Noches de Verano en este boutique hotel de revista, con un programa variado de cenas temáticas seguidas de música en directo y recitales en el inolvidable entorno de los jardines. Si estáis cerca el 10 de agosto podéis reservar mesa para cenar en la Noche Portuguesa con la magia de uno de los mejores grupos de Fado, de Coimbra. No puede ser mejor combinación.
¿Más planes? Andar por las rutas que ellos te indican por las casi 90 hectáreas. E ir hacia la mítica cascada de El salt. O coger una de las bicis que están en perfecto estado, según Alfonso, y descubrir el entorno para regresar a darte un baño al atardecer en su piscina que está perfectamente integrada con ese asombroso entorno.
Me quedo con muchísimas cosas pero destaco sus desayunos largos y sin hora con productos caseros que querrás llevarte a casa. Los mil rincones para meditar, para no pensar en nada, para parar
Mis recomendaciones de la zona, aunque insisto, es un sitio para no querer salir de allí:
El precioso pueblo de Valderrobles, con sus casas y calles mimadas, su ambiente de verano en las terrazas Pasear una tarde con ese vestido de Maje, un cesto y unas alpargatas de Castañer, firma que nació hace muchos años en la zona.
Darte un chapuzón en la poza de Cristal, pero sí que hay bastante menos agua que otras veces por la sequía. Ir al merendero del pantano de Pena y alquilar una canoa. Y llevarte el picnic que te preparan con mimo en el hotel. La felicidad es hacer un plan así y para mí, con Alfonso, más.
Seguir la ruta de El Parrizal que tiene unos senderos cómodos junto al río pero a los que debes ir preparado con calzado adecuado. El baño está prohibido pero el sitio es impresionante de bonito. ¿Lo único? en verano se llena.
Y quiero dar las gracias a Gemma por su excelente trato, como también ha sido el de Jordi que cambió el trabajo un hotel de negocios para estar aquí, a Margarita que conoce la zona como nadie porque es de allí, a Francisco que acababa de llegar de Lisboa para aprender, a Marta por despedirnos con tanta amabilidad, a las señoras de la preciosa cocina que siempre estaba abierta a todos y que me dieron bizcocho para merendar… Ésto es lo más importante del lugar, las personas que hacen equipo, se nota y lo hacen increíble. Y qué decir de Aslam, el precioso y noble perro que nos acompañó hasta el coche al irnos. Gracias a Spain Magazine por darme la oportunidad de seguir descubriendo lugares únicos.
Finalizo este bonito post que sabe a campo, a belleza, con el mejor momento de nuestras 48 horas en la Torre del Visco. Mi última fotografía de la cena lo dice todo, todas las demás imágenes también son mías. Y por supuesto gracias a vosotros por acompañarme.
Ana Yanguas
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