El asado le debe mucho, si no todo, a la existencia de estos establecimientos de los que hoy conoceremos un poco más.
Orígenes de los restaurantes
El restaurante surge como tal en París a finales del siglo XVIII. La palabra Restaurante viene restaurativo o reconstituyente, un término muy asociado con lo que se ofrecía en estos primeros restaurantes: sopas y caldos. Hay quien también atribuye la utilización de este denominativo al mesonero francés Boulanger.
Desde ahí el término evolucionó poco a poco en los diferentes países.
A partir de ahí los restaurantes han ido cambiando por su diversidad de comida en función de la nacionalidad: cocina mediterránea, cocina turca, cocina tailandesa o de la elaboración: tradicional en donde podemos ubicar el asado o cocina de autor, moderna, etc.
También, los establecimientos como tal han evolucionado, complementando la experiencia gastronómica que allí se vive. En ellos se crea una atmósfera atractiva acorde con el tipo de comida, son lugares cómodos para el comensal en los que además se ofrecen una serie de servicios extra que complementan la oferta y que caracterizan el local y lo diferencian de otros creando una experiencia única: las vistas, los ingredientes, el personal, la distribución, el mobiliario, y así comer es más que un acto.
Otro elemento que permitió la evolución de los restaurantes hacia profesiones como tal fue el hecho de que cada vez más la aristocracia pudiera permitirse menos personal de servicio y este comenzó a desarrollarse profesionalmente en estos restaurantes.
A pesar de ser ya una profesión con mucha tradición no fue hasta el siglo XIX cuando se crearon las primeras grandes escuelas de restauración propiamente en las que comenzaron a formarse camareros, chefs y maîtres.
El primer restaurante del mundo
Según el libro Guinness de los Récords casa Botín en Madrid es el restaurante más antiguo del mundo. Se fundó como posada, dando comidas y alojamiento en 1725.
Así comenzó también Tour d’Argent en París, al principio, en 1582, como posada y más tarde como casa de comidas, en 1765. Las comidas ofrecidas eran principalmente sopas y caldos y otros restauradores/reconstituyentes.
Siguiendo con la tradición se fundó, también en París, en 1782 La Grande Taverne de Londres un restaurante con un concepto más cercano a lo que hoy conocemos como restaurante: una sala elegante, camareros bien vestidos, una bodega selecta y una cocina de gran calidad.