Ya estamos en 2018, y queremos comenzar el mes de enero con nuestras adictivas “mini-rutas”.
Retomando nuestra visita por el norte de Portugal, continuaremos por la vecina Valença do Minho, una pequeña localidad portuguesa situada en la ribera del río Miño. Y es que Portugal es un destino muy recurrido sobre todo por los gallegos, por su cercanía a nuestra comunidad, por su cultura y tradición tan similares, por sus mercadillos,… Y por supuesto, también influye el factor económico. En general, ahora se buscan escapadas de fin de semana donde sabemos que nos va a compensar el viaje,… sobre todo “a nuestro bolsillo”.
Saliendo desde el Salnés, tomaremos la salida A55, dirección Tui (sur). Y cruzaremos el puente que une España con Portugal, conectando con la A3. Justo a la salida del puente, encontramos un desvío a mano derecha que nos lleva directamente a Valença do Minho.
Es uno de los destinos más populares del Norte de Portugal, donde los turistas se ven atraídos principalmente por su famoso mercadillo de los miércoles, su rica gastronomía y por la belleza arquitectónica de su fortaleza.
Su primer nombre fue “Contrasta”, que significa población opuesta a otra, debido a su localización frente a la ciudad gallega de Tui, en la otra orilla del Río Miño.
Tui y Valença están unidas por dos puentes. Uno de ellos, es al que haremos especial mención por su historia y su arquitectura:
El puente Internacional
Hasta la entrada en la Unión Europea, ambos países controlaban el paso y el tránsito de viajeros en este puente, por lo que era muy habitual las largas e interminables colas en ambos sentidos (¡qué recuerdos!), hasta que en 1993 se inauguró el nuevo y moderno puente, muy cerquita de éste.
Debido a su estética, el puente se atribuyó al arquitecto Gustave Eiffel, pero es un falso rumor. Su diseño fue elaborado por el ingeniero Pelayo Mancebo de Agreda.
Al atravesar el Puente Internacional observaremos, justo enfrente, otra de las maravillas que encierra Valença do Minho:
La Fortaleza
Es considerada la fortificación más importante del Alto Minho. En su interior encontramos como un pueblo en miniatura, con sus calles estrechas y empedradas, iglesias, tiendas, casas señoriales, plazas, restaurantes,…
Su riqueza histórica desborda por los cuatro costados.
Consiguió resistir las incursiones hispánicas durante la Guerra de Restauração (enfrentamientos armados entre el reino de Portugal y la Monarquía Hispánica) en 1640. Aunque cayó en manos españolas en 1654, pronto fue recuperada por Portugal, reforzándose así la construcción, que finalizó en 1713. En 1809 fue tomada poe los franceses a causa de las Guerras Napoleónicas, pero de nuevo cobrará protagonismo durante las Guerras Liberales de Portugal (1828-1834).
Hoy en día, gracias a una reciente rehabilitación, la Fortaleza goza de una grandeza extraordinaria.
Esta obra militar gótico-barroca se asienta en un montículo elevado, diferenciándose así de la parte nueva de la ciudad.
Su muralla, datada en el siglo XIII, tiene una extensión de 5,5 km. Conserva 4 puertas de acceso (Coroada, Gaviarra, Fonte da Vila y Sol) y 12 baluartes de los siglos XVII-XVIII. Su estructura militar está inspirada en los principios del arquitecto francés Sébastien Le Pestre, señor de Vauban, en 1643. Su objetivo era poder optimizar los puntos de defensa-ataque con una forma parecida a la de una estrella.
Pero sobre todo, el principal atractivo turístico de la Fortaleza es su gran variedad de tiendas de tejidos. Se pueden comprar desde sábanas, toallas o edredones hasta joyas de filigrana, menaje de cocina o antigüedades. Pero hay algo que nos llamó particularmente la atención, y es el reclamo de una crema que venden a 3,5 euros, como una cold cream, de tapa marrón. Según dicen,… milagrosa! :O
Existen semáforos para regular el acceso al interior en coche, pues las puertas son estrechas y sólo hay espacio para un un coche. Su núcleo urbano se delimita por dos recintos fortificados, unidos por un arco conocido como “Portas do Meio“: , a través de un puente que delimita un foso y de un largo arco abovedado. el sector norte, A Praça, el recinto magistral, que abarca la antigua villa medieval, y el sector sur, un área más pequeña y más abierta, la llamada A Coroada.
Para comenzar el recorrido, os aconsejamos aparcar en cualquiera de los estacionamientos que encontraréis subiendo la Avenida dos Combatentes da Grande Guerra, fuera del recinto amurallado.
Es el momento de disfrutar callejeando por su casco histórico, lleno de comercios que decoran sus fachadas con sus artículos a la venta, callejuelas empedradas, plazoletas entrañables y antiguas casonas, así como pequeñas iglesias barrocas.
Mercadillo de Valença
Además de conocer la Fortaleza, que es el casco histórico de la villa, otro de los grandes atractivos de Valença es su famoso Mercadillo de los miércoles. Está todo el día y se celebra en un gran descampado, cerca de la estación de autobuses. Presume de tener una gran variedad de productos artesanales, ropa, calzado, plantas, etc., y a buen precio.
Monte do Faro
El Monte do Faro está a 566 metros de altitud, convirtiéndose en el punto más alto de los alrededores.
Para llegar, sólo tenemos que desviarnos a la carretera dirección Monçao y antes de salir del núcleo urbano de Valença, encontrareis a mano derecha una calle y un indicador hacia el Monte do Faro, justo tras dejar atrás el Lidl . Está a unos 20 minutos del centro de la ciudad.
Un lugar precioso donde, unos metros más abajo, se encuentra a Capela de Nossa Senhora do Faro (su romería el 15 de Agosto). Es del año 1707 y fue fundada por los monjes benedictinos del Mosteiro de Ganfei. Fue abandonada en 1834 y poco después se recuperó.
Para comer
Antes de partir a nuestro próximo destino, podéis degustar la lamprea o el bacalao, ya que en Portugal y sobre todo en esta zona, se cocina muy bien. Os recomendamos Restaurante Cristina (R.Martir Sao Sebastiao, 4930, Gandra), muy cerquita de La Fortaleza. ¡El bacalhau es su especialidad!
Esperamos que hayáis disfrutado del post, y que muy pronto os desplacéis para visitar esta maravillosa localidad.
En breve, os informaremos de nuestra próxima minirruta.
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¡¡No os la perdáis!!
Hasta muy pronto, Fourmigas, y… ¡FELIZ 2018!