Vivimos en el mundo de lo visual, de la imagen y de los filtros de Instagram. Pero, ¿quién dijo que enviar postales era algo obsoleto? Una postal no es una simple tarjeta con una impresión fotográfica al dorso. Y desde aquí ¡quiero reivindicarlo!
La intención de una postal no es asombrar a quien la contempla, es apelar a las emociones al transmitir una historia en torno a ella. Y todas empiezan igual, por la necesidad de compartir con alguien nuestra aventura y de materializar, de algún modo, su recuerdo en nuestro pensamiento.
¿Alguna vez habéis pensado en el trasfondo de una fotografía por correo?
Pues aquí os cuento la anécdota de esta postal de nuestro viaje a Praga, el porqué de esa foto y las consecuencias en su destinatario.
El recuerdo en Praga
Praga es una ciudad de cuento. Marionetas, torreones y castillos sus protagonistas.
Ningún turista es capaz de perderse en la ciudad checa, pues cada hora en punto acuden a un lugar de reunión común: El reloj astronómico.
Como no iba a ser menos, nosotros también nos concentrábamos varias veces al día en frente de la fachada del ayuntamiento de la Ciudad Vieja.
Panorámica desde el Reloj a pie de calle
Esta auténtica obra de arte de más de 600 años de antigüedad se compone de tres partes: Las figuras animadas, el cuadrante astronómico y el calendario circular (de arriba a abajo).
Detalle del Reloj - Figuras animadas y cuadrante astronómico
Detalles del Reloj - Calendario circular
El motivo de tal concentración es que cada hora, a partir de las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche, las ventanas superiores del reloj se abren para mostrar el famoso “desfile de los doce apóstoles”.
Como curiosidad, las figuras situadas en el cuadrante astronómico representan la vanidad, la avaricia, la lujuria y la muerte. Durante el desfile estas representaciones animadas niegan con la cabeza, a excepción de la muerte que mueve el busto en símbolo de afirmación, cuya lectura es la certeza de la muerte frente al resto.
Una melodía de trompeta cierra las campanadas de cada hora en punto. Música que no nos pudimos quitar de la cabeza desde el primer momento y tarareábamos a lo largo de los días en Praga.
Y con esa cancioncilla de fondo escribimos la postal que enviaríamos a España para que pudieran contemplar con nosotros, aunque en distintos momentos, el reloj medieval más espectacular de Europa. Aquel que dejó ciego a su creador para que fuera incapaz de reproducirlo, según cuenta la leyenda, y el que contemplan a diario cientos personas.
Detalle del Reloj - Cuadrante astronómico
El reloj es un símbolo de Praga, capaz de unir a espectadores de todas las culturas y trasladar a todos ellos al mismo lugar al sonido de unos acordes. Símbolo que quisimos que formara parte de nuestra escapada al Medievo y que mi destinataria pudiese contemplar, como una auténtica viajera hora en punto, todos los días desde el salón de su casa.
Pero como le sucedió a mi destinataria, solo os enseño una parte del viaje. El resto de la aventura os la contaré más adelante.
Porque una imagen vale más que mil palabras, pero siempre y cuando una historia acompañe a la fotografía.
Viaja et verba.