Así de repente, llegó septiembre. Un mes que me gusta especialmente porque además de que cumplo años, siempre suele llegar cargado de ganas y cambios. En concreto este, estaba lleno de proyectos de los buenos. Además estaba taaaaan contenta en mi piso nuevo, que necesitaba poner el contador a cero y empezar a funcionar solo a base de lo bueno. Pero esta vez, se quedó en eso. En cero. Y todo tras una visita al médico. Un segundo puede cambiar tu vida o en mi caso: ¡salvártela de chiripa!
Carcinoma tiroideo. El primer culpable de mi desaparición en el mundo bloguero. Dos meses en los que mi motivación se esfumó y durante los que pasé por una operación, muchísimas pruebas y hasta una radioterapia con yodo radioactivo. Me recuperé muy rápido, y ahí se quedó. Problema resuelto, pensaba yo. Hasta aquí, la parte de la historia que la mayoría sabéis. ¡Aprovecho para daros las gracias por vuestros mensajes de ánimo y el interés!
Pero después de todo esto yo seguía teniendo la sensación de que algo no iba bien. Y además, había algunos cabos sueltos que no acababan de cuadrar y que a los médicos les hacían sospechar de una segunda enfermedad con algún tipo de malignidad. Fue aquí cuando de nuevo empezó un auténtico maratón de especialistas médicos. Hasta que en noviembre dieron con ello. Mierda, otra vez cáncer. Esta vez de tipo hematológico. El segundo responsable de mi desaparición, y esta vez fulminante.
Pero cansada de tanto drama y al cabo de unas semanas, decidí que ya estaba bien. En realidad, me encontraba perfectamente. Y sabía que estaba teniendo mucha suerte dentro de la tremenda mala suerte. Porque por segunda vez, estaba pillado a tiempo y el pronóstico era bueno. Disfruté a tope del mes de diciembre. Pasé las mejores navidades de mi vida berlineando en familia. Recibí y dí un montón de regalos, y hasta bailé: ¡pero bien! Pero sobre todo, cogí con mucho empeño una lista que había hecho semanas antes. En ella solo había cosas y más cosas que quería hacer, cuando estuviera completamente bien. Pero, ¿por qué esperar? Decidí avanzar. Y claro, retomar el blog era una de esas cosas pendientes que decidí hacer: ¡ya!
Así que: ¡Hola!¡Aquí estoy de nuevo! Con mucho positivismo y aprendiendo a vivir sin miedo. Aunque el proceso está siendo pesado, me encuentro bien. Y si todo sale según lo planificado: ¡en abril todo habrá terminado! ¡Y eso habrá que celebrarlo! Aún no sé muy bien, lo que os puedo ofrecer. Pero lo que está claro es que tengo muchas ganas de volver a contaros cosas de vez en cuando. Simplemente: ¡a ver!
¡Espero impaciente vuestros comentarios! Y como siempre os espero en mis redes sociales favoritas. Especialmente en Instagram, donde estos días intentaré contestar a cualquier pregunta que os surja sobre este tema tan particular. Siempre dispuesta a ayudar , tanto a cualquier persona que lo pueda necesitar o simplemente tenga curiosidad.