Durante la historia de la humanidad el hombre ha sido esclavo de su propio miedo a enfermar y morir, considerando toda traba en su lucha por la supervivencia como un castigo de un poder superior que, de esta forma ponía a prueba el poder de su fe. Con el tiempo fuimos descubriendo que la propia naturaleza ofrecía a través de plantas e incluso la ingestión de algún animal remedios que paliaban o curaban totalmente algunos de los síntomas de estas enfermedades. Al principio el conocimiento complejo de la preparación de brebajes y ungüentos fue considerado exclusivo de sacerdotes y chamanes, a los que se suponía poseedores de un don divino, pero a medida que la ciencia avanzaba la necesidad del estudio exhaustivo de estos secretos y la divulgación de los conocimientos fueron desplazando este poder a los especialistas y estudiosos.
Pero la laguna que suponía la curación de las enfermedades del espíritu hizo que aparecieran a menudo personajes que ofrecían fórmulas mágicas que, con más o menos ayuda divina, proponían remedios para estos males, hasta la aparición de la psicología moderna que puso las bases medicas para la psiquiatría y que dejó claro que las enfermedades de la mente y del espíritu tienen, también, una base fisiológica que merece un estudio y un conocimiento "más acá" de lo divino.
En este maravilloso libro, Stefan Zweig vuelve a regalarnos tres biografías en las que se diseccionan las vidas y obras de los que él considera tres de los más importantes personajes en la historia de la curación psíquica: Mesmer, Mary Baker-Eddy y Sigmund Froyd. Con él se completa una serie de trabajos biográficos en los que, según sus propias palabras, se juntan algunos de los personajes de la cultura que mas impresionaron a este maravilloso escritor.
La lectura
Hacía mucho tiempo que no leía. Problemas personales y un estado anímico que no era el apropiado para la lectura me han tenido apartado de mi más preciado hobbie durante todo este tiempo. Tenía que elegir bien la lectura para recomenzar con buen pié y que mejor autor que uno de mis favoritos; Stefan Zweig. Por supuesto sigue sin decepcionarme, es más; me ha vuelto a sorprender con un libro interesante, escrito con una maestría inigualable, fácil de leer y que una vez terminado, te deja la sensación de haber aprovechado el tiempo en cada página. Zweig es un maestro, sin más. Con cada párrafo te sorprende utilizando todos los artificios del lenguaje de un modo ameno, entretenido y con una facilidad increíble para la descripción que solo está a la altura de sus propios libros.
Una de las cosas que más me gusta de leer a este autor es la disección tan precisa que hace siempre de la psicología del personaje biografiado, que hace parecer que conoce tanto como su propia obra y vida. He leído por ahí que, quizás a veces hace análisis demasiado personales y que no son fieles exactamente a la realidad... es igual: aunque siempre es de apreciar la mayor fidelidad a la realidad, sus libros son tan instructivos, tan repletos de buena literatura que prefiero investigar por mi cuenta los personajes que analiza y de esta forma completar el conocimiento del personaje antes que dejar de leer a lo que bajo mi modesta opinión es uno de los mayores genios de la literatura de todos los tiempos.
Opinión
Pues no hay mucho más que decir, todos los personajes que Zweig analiza en este libro son del mayor de los intereses para mí, ya que la psicología y la historia son uno de mis temas favoritos. De momento solo puedo recomendar seriamente este libro al igual que todos los que he ido leyendo de este escritor... los pocos que siguen este blog ya saben de mi debilidad por este autor.
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