La construcción empezó en 1906 para la familia Milá y terminó 4 años más tarde, en 1910. Más que un edificio parece una escultura, no hay paredes de carga, ya que el edificio se sostiene sobre una estructura de vigas y pilares metálicos que forman un entramado sobre el cual se construyen las bóvedas.
Esta genialidad de Gaudí llama la atención por su fachada, una impresionante masa de piedra ondulante de líneas rectas que a lo largo de su historia ha tenido varias interpretaciones: las olas del mar, el manto de la virgen, o una montaña sagrada. Los balcones están hechos de hierro forjado imitando formas vegetales y el terrado y las escaleras junto con las chimeneas del edificio componen un conjunto de vanguardismo muy típico de Antonio Gaudí.
El actual propietario de la casa Milá es la Fundación de la Caixa de Catalunya, y tiene abierto el edificio para que los visitantes puedan entrar a verlo, también organizan exposiciones y eventos culturales y artísticos. El edificio fue reconocido por la UNESCO como "Patrimonio de la Humanidad" en 1984.
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