-Papá...cuéntame un cuento.
-Es tarde hijo, venga arrópate y duerme.
-Por favor papi....por favor.
-Vaaale...pero procura dormirte, ¿eh? A ver ¿Qué cuento quieres?
-Ehmm..¡uno de Navidad!
-Uno de Navidad...uno de Navidad...ok. Ya lo tengo.
-¡Bieeeen!
-Chisss...calla:
-"Érase una vez, que en el día de nochebuena de 1988 un avión procedente de Nueva York aterrizaba en el aeropuerto de Los Ángeles. Un pasajero que iba sentado junto al pasillo se agarró muy fuerte a su asiento, estaba nervioso por la maniobra de descenso del avión y el hombre sentado junto a él, el de la ventanilla, al verlo así le dio un consejo, le dijo que cuando llegara a su destino, una vez sentado y relajado debía quitarse los zapatos "y juntar los dedos de los pies" y para confirmar esta extraña sugerencia añadió: "Créame, llevo años haciéndolo". Cuando el avión se detuvo el hombre del pasillo se levantó para abrir el portaequipajes y al hacerlo se le abrió la chaqueta mostrando una pistola..."
-¿Una pistola papá?
-Si..espeeera..: "El hombre de la ventanilla se asustó al ver el arma y el otro al darse cuenta de que la había visto le dijo: Tranquilo...soy policía...llevo años haciéndolo..."
-Aaaah vale.
-"Así pues el policía recogió su bolsa de equipaje y un oso de peluche ridículamente grande"
-¿Muy grande?
-Enorme.
-¿Para quien era?
-¿Quieres que te lo cuente o no?
-Perdón.
-"Cuando el policía entró en el aeropuerto allí le esperaba un chofer con un cartel en el que ponía "J. McClane". Se acercó a él y le dijo "Soy John, John McClane", a lo que el chofer contestó "Mi nombre es Argyle y seré su chofer..."
-¿Y a donde lo iba a llevar papá? (bostezo)
-A una fiesta en un rascacielos enorme llamado Nakatomi, donde le esperaba su mujer, Holly. Ella trabajaba allí porque se habían peleado por culpa del trabajo y van a reunirse para hacer las paces, pero de pronto en la fiesta...
-Zzzzzzzz.....
-Vaya se durmió al fin....¿Y vosotros? Si, vosotros...HOLA!! Me refiero a los que estáis leyendo esto. Sé qué estáis pensando.."Vaya cuento para un niño.." pero ¿qué queréis que os diga? Es mi favorito tras "Cuento de Navidad" de Charles Dickens. Pero dejad que arrope a mi hijo y seguidme hasta el salón...me apetece una cerveza y encender un cigarrillo.
Bueno ya estoy listo, perdonad el desorden. En fin, iré al grano. No os voy a contar que edad tenía cuando conocí a John McClane, baste decir que no debería haberlo conocido si "ciertas leyes" se llevaran a cabo a rajatabla. Recuerdo cada fotograma, prácticamente cada diálogo. John caminaba por el aeropuerto de Los Ángeles con ese enorme oso bajo el brazo, cascabeles en la banda sonora y las palabras "DIE" y "HARD" apareciendo por la izquierda y derecha de la pantalla hasta unirse con un efecto de sonido. Sentí que algo grande iba a pasar, tal vez incluso me agarrara a mi butaca del cine de la misma forma que lo hiciera John en su asiento del avión. Pensé, "un momento, "Die Hard"...eso son dos palabras... y "La Jungla De Cristal" son cuatro, no entiendo la traducción"...
Ay, yo era aun tan joven.
Tras el visionado, en una catarsis fílmica que aún hoy se mantiene viva en mi, aprendí dos cosas: una, que las camisetas interiores de tirantes habían dejado de ser esa prenda con la que veía a mi padre y a mis tíos beber cerveza los domingos. Y dos, que de McClane se decía que era un "antihéroe".
No era un héroe al uso. Esto me quedó mas claro años después. Fumador, bebedor, "a dos pasos de convertirse en un alcohólico" y al parecer un terrible marido y padre. A John lo conocemos por sus actos: fue al edificio Nakatomi de Los Ángeles a recuperar a Holly, su mujer, y tardó cinco minutos en discutir con ella por usar su apellido de soltera, Gennaro, en una empresa nipona "muy tradicional". Pero también, y esta es la mejor parte, tenemos pinceladas de su carácter por lo que dicen los demás de él. Imborrable cuando Holly, estando entre el grupo de los rehenes en el vestíbulo del rascacielos, ve a uno de los supuestos terroristas destrozar cosas con la culata de su arma. Entonces sabe que John sigue vivo, "porque solo John es capaz de cabrear así a alguien"
Una mosca cojonera ("AHORA TENGO UNA AMETRALLADORA HO-HO-HO"), una piedra en el zapato, el eterno convidado de piedra, "un grano que te ha salido en el culo". Y lo es no solo para los "malos", sino también para los "buenos". Tiene problemas con sus superiores y sus ordenes, es huraño, sarcástico y cabezota hasta la extenuación, y no se detendrá hasta que el que tenga enfrente le diga: "Venga va, ya estoy harto. Tienes razón".
John no es un tipo fuerte, nunca está en "buena forma". Él simplemente aguanta, aguanta y soporta como nadie sin importarle que en su contra tenga a diez tipos o a cien, ya encontrará la manera de "darles de hostias" o "partirles la cara". Por eso no tiene nada de raro que acabe con un balazo, la cara partida y unas cuantas costillas convertidas en polvo. Da puñetazos de la misma forma que dispara: vaciando el cargador. No sabe pelear sin gritarle insultos a su rival ("¡No te imaginas como le crujieron las vértebras a tu hermano cuando le partí el puto cuello¡"). Y naturalmente si ve la oportunidad de jugar sucio lo hará. Va con todo, quiere acabar cuanto antes para seguir y seguir (aguantar) con todas sus fuerzas confiando en que tarde o temprano llegue hasta el cabecilla de turno, ya sean los hermanos Gruber, el coronel Stuart o el genio informático Thomas Gabriel.
En cierta ocasión le oí decir "No soy un héroe...hago lo que hago porque no hay nadie que lo haga, no hay nadie más" No, no hay nadie más John...solo tú. No rendirse jamás. Puede que sea porque piensas que es tu trabajo o por algo que simplemente llevas dentro y que no sabes como explicar. Yo te entiendo. Lo he hecho siempre...
Lo que no sabes McClane, es que a veces la única diferencia que existe entre "héroe" y "antihéroe" es solo ese prefijo.
Muchas veces pensé si tenía amigos, y no me refiero a aquellos que conoció bajo el fuego de la crisis que tocara y que le acompañaron echándole una mano. También pensé si él y yo podríamos llegar a serlo. Probablemente acabaríamos sacándonos de quicio y llegando a las manos. Pero os voy a contar algo que muchos hacemos y pocos cuentan. A veces he "recurrido" a John para soportar y aguantar ciertos golpes de la vida y conseguir salvar la situación con un media sonrisa pícara. Como la suya.
Y sí, se perfectamente que con el paso de los años ha ido dejando de ser humano hasta casi convertirse en un miembro de "Los vengadores", incluso dicen por ahí que una vez se fue a Rusia ¿? Para mi siempre será aquel "vaquero" deslenguado y descalzo que fue capaz de dedicar un "Chicaas" como saludo a un póster pegado en la pared de una de las zonas de servicio del Nakatomi, en mitad de una incursión...O el que escondido en un conducto de ventilación, sucio y encogido, encendió un mechero para soltar con ironía y voz de falsete "Vente a la costa, estaremos juntos y lo pasaremos bien"...
Y nada mas, por cierto, estad tranquilos, no iba a contarle el cuento a mi hijo tal y como lo conocemos. En mi versión, cuando McClane llega al Nakatomi su mujer le dice que unos hombres malos se han llevado la llave de la despensa donde se guardaban los dulces y pasteles de la fiesta, y John tiene que encontrarla...no sin antes romperles la boca a esos jodidos ladrones...
Buenas noches niños y niñas...o tal vez debería decir: "Yippee-ki-yay, motherfuckers!"
Norberto Piñar
@Ikarubi