Siempre hay lugares que permanecen grabados a fuego. Es regresar a ellos y volver a muchos momentos de los de antes. Es como refrescar esa parte de la memoria que tenemos dormida por la locura del día a día y de tanto whats upp… A todos nos pasa. Hace unos días, en Navidad, tuve esa sensación al regresar al hotel Balaitus de Sallent de Gállego, en el corazón de Valle de Tena, en Huesca. Regresé a mi familia, a muchos buenos recuerdos del invierno, a mi niñez. Llegué andando desde Formigal, con la nieve recién caída. Sí, es que el verdadero lujo es un plan así.
Si tuviese que elegir una palabra que definiese este sencillo hotel, sería: Autenticidad. Pero desde hace unos meses está más bonito que nunca. La razón es la siguiente: la familia Fanlo, con la ayuda de Marián de El Altillo, preciosa tienda de tesoros para casa que está en Zaragoza, ha mantenido se esencia del valle pero con muchos detalles que encajan como un guante en el estilo de la casa.
Yo mientras hacía las fotos, de los espacios mimados y renovados, me tomé el merecido aperitivo porque llegué andando hasta Sallent y me quedaba otro tramo, el de subida.
En ese momento estaban haciendo las habitaciones y por este motivo no quise hacer fotos y molestar. Pero la web te dan una idea de la sencillez y calided de las mismas.
El hotel Balaitus es la esencia del Valle de Tena. Es la sencillez, sentirse como en familia y es el valor de lo auténtico. Es regresar con ganas de calor tras una jornada de ski. Es querer pasear por los caminos tan preciosos que hay en la zona. O conocer el pueblo, todos los rincones, que es de postal de Navidad. Gracias por acompañarme.