El Homo Naledi tenía el cerebro del tamaño de una naranja, datos que arrojan los primeros hallazgos científicos, también se precisó que medía alrededor de 1,5 metros y pesaba unos 45 kilos aproximadamente; Sus manos tenían la capacidad de manejar herramientas y sus pies eran casi idénticos al de un hombre moderno. Esta combinación de características es algo desconcertante para los investigadores, ya que presenta semejanzas al hombre moderno pero también aspectos muy primitivos.
El misterio del Homo Naledi
La incógnita del hallazgo gira más en las circunstancias en que fueron descubiertos. Al menos 15 homínidos fueron encontrados, ubicados en una cueva de Sudáfrica accesible por una grieta de unos 20 centímetros de ancho y totalmente sumida en las tinieblas sin entradas alternativas.
Esto levanta algunas preguntas claves: ¿Cómo llegaron tantos cuerpos a ese inaccesible y oscuro lugar? ¿estamos ante un cementerio o ritual de enterramiento? las respuestas a estas incógnitas levantan incluso más dudas.
De ser cierto que estos restos forman parte de un entierro funeral, ¿cómo pudo una especie con un cerebro tan reducido tener la conciencia necesaria para sepultar a otros miembros de su comunidad? ¿acaso usaron estas especies una fuente de luz como el fuego para iluminar el oscuro lugar donde luego enterraron los cuerpos?.
Algunas de las pistas que hacen creer a los investigadores que, de hecho, sí se trata de un entierro es que junto a los fósiles no se encontraron otros materiales que ayuden a determinar la fecha de estos restos, por lo que pareciera que su ubicación no fue accidental, al contrario, se buscó deliberadamente aislar y proteger los cuerpos.
Aunado a esto, tampoco se pudieron encontrar señales de violencia, caídas o canibalismo en los fósiles, como tampoco restos de otros animales, descartando así que pudiesen haber sido arrastrados a ese lugar por depredadores.
De ser todo esto cierto, la idea de que el Homo Nadeli enterrara a sus muertos revolucionaria la manera en que la ciencia entiende al proceso evolutivo humano, ya que ese tipo de comportamiento simbólico y consciente es algo que hasta ahora sólo ha estado asociado a humanos mucho más tardíos de los últimos 200.000 años.
Aun así, no se ha podido determinar la edad de los fósiles, porque aunque existen pruebas que pueden ser aplicadas directamente en los huesos del Homo Naledi como la prueba de Carbón o DNA, esto requeriría destruir parte de estos restos, algo que los científicos no pretender hacer hasta haber recabado toda la información necesaria.
Seguramente en los próximos meses seguiremos escuchando sobre el Homo Nadeli y si los pronósticos no se equivocan, sea lo que sea que se descubra, este hallazgo vino a cambiar la manera en que la ciencia ha entendido la evolución humana.
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