La señora Edwards, tenía intención de heredar su marcapasos hasta que le explicaron que no podía cedérselo a ningún ser humano, ya que esto estaba prohibido por ley estadounidense. Ni corta ni perezosa, dejó el aparatito a una asociación de perros que terminó colocándoselo a Sunshine un cruce de pastor a quien le salvó la vida.
Samuel Bratt era un empedernido fumador a quien su esposa intentaba constantemente disuadir para que dejara el vicio. En su testamento Samuel se vengó de la insistencia de su mujer dejándole en su testamento una abultada suma de dinero, a la que podría acceder siempre y cuando fumara 5 cigarros diarios.
Heinrich Heine dejó constancia de que su esposa sólo recibiría la herencia que él le legaba si volvía a contraer nupcias, con lo que se aseguraba de que existiera al menos una persona a quién le pesase su desaparición física.
En 1930 T.M. Zinck un declarado misógino, dejó una suma en fideicomiso con el fin de que se procediera a la construcción de una biblioteca exclusivamente de hombres, aunque finalmente su hija logró que se desestimara tal cláusula del testamento de su progenitor.
¿Y si no existen herederos del gusto del testador?
Luis Carlos Noronha Cabral da Camera a sus 70 años no tenía ningún pariente a quien dejarle su fortuna, por lo que delante de un notario cogió la guía telefónica de Lisboa y eligió al azar el nombre de 70 personas a quienes declaró sus herederos.
Bill Cruxton vivía solo y no tenía familiares cercanos, por lo que decidió dejarle a Cara Wood algo más de cuatrocientos mil euros. Cara era la chica que le servía el almuerzo todos los días pues era camarera del restaurante al que Bill acadia cada jornada.
Foto gentileza de: elcomercio
Artículos relacionados:
Recopilacion de Fotos graciosas e insolitas
Imágenes insólitas de escaleras. WTF?!
Top 10: Los 10 mejores FAIL de Internet. (Imágenes Insólitas)