Destino: Puerto Madryn.
Sin lugar a dudas, esta ciudad de la Patagonia Argentina es el polo de atracción turística donde la ballena franca austral convoca.
Numerosas veces como habitante de estas latitudes, me he preguntado que es lo que motiva a cientos de miles de personas a recorrer por aire o por tierra, tanta cantidad de kilómetros de Julio a Diciembre todos los años y visitar la ciudad de Puerto Madryn o Puerto Pirámides. La respuesta tiene que ver con lo que aludía precedentemente: la agenda de la ballena franca austral, que llega a las costas con fines de apareamiento, reproducción y cría de ballenatos,para luego dirigirse mas al sur del territorio, es como dicen los ingleses “A MUST”.
Contemplarlas en su hábitat, nadando, saliendo a la superficie, jugar con sus crías e introducirse nuevamente en forma tan amigable, compensa y mucho el traslado. Este espectáculo maravilloso puede ser realizado desde las distintas bajadas de la Playa el Doradillo ( a tan solo 14 kilómetros de Madryn), desde un bote en Puerto Pirámides y frecuentemente un poco más mar adentro desde el mismo muelle de la ciudad. Mejor si es pleamar. Es al observarlas que surge el interrogante de saber quien ejerce el avistaje nosotros o ellas. Su curioso acercamiento podría traducirse más en un avistaje humano. Loco no? Es allí donde nos quedamos sin palabras, al verlas a tan poca distancia. Muchos adjetivos harían falta para la descripción de esta escena. Elijo sólo uno: IMPERDIBLE.
Párrafo aparte merece la ciudad de Madryn, con su amanecer, atardecer, su extensa rambla para realizar paseos, su oferta gastronómica y comercial. Absolutamente nada defrauda.
Punta Tombo: un ejército muy particular arriba a su costa.
Cientos de miles de Pinguinos Magallanes llegan a Punta Tombo ( distante 170 km al sur de Madryn) en el mes de Setiembre. Con su andar chaplinesco, forman pareja para dedicarse al armado de nidos, incubación de huevos y alimentación de sus crías. En el mes de Febrero según señala la agenda parten hacia aguas más cálidas para repetir el ciclo al año siguiente. El área protegida permite, a través de pasarelas muy bien señalizadas y a lo largo de 1,50 km interactuar con ellos. Espectáculo sorprendente por cierto ya que pueden ser vistos a muy poquita distancia. Capitulo aparte merece el Centro de Interpretación de Punta Tombo: moderno, ameno y muy instructivo.
Para cerrar este maravilloso destino: viajar en el mes de Octubre no sólo brinda un clima menos riguroso que en invierno sino que permite aprender más acerca de la fauna protegida del sur de Argentina, que puede observarse casi en su totalidad. Todos los detalles biológicos o geográficos pueden, eventualmente ser “googleados…” la experiencia de vivenciar el paisaje, la flora y la fauna autóctona y la gente de la Patagonia es PERSONAL Y ÙNICA!!!
Texto: Mercedes Villalba / Fotografías: Javi Perez
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