Todos vivimos con algo que no nos gusta.
Ese algo que los demás también desprecian.
Algunos lo identifican,
otros prefieren ignorarlo.
Muy pocos hacen algo al respecto.
Muchos se escudan detrás de un
"nadie es perfecto".
Otros pocos buscan hacer algo.
Algo para detenerlo.
El problema es que a veces no se puede.
A veces no podemos detenerlo,
o por lo menos no sabemos cómo.
Habría que buscar la manera de controlarlo.
Una estrategia para esconderlo.
Habría que esconderlo de tal manera
que se les olvide al resto.
Luego, seguir ocultándolo,
hasta que un día olvidemos que vivimos con eso.
Solo quedará esperar.
Confiar que permanecerá calmado.
Que no nos dominará el instinto.
Nos toca creer que lo hemos controlado.
Y es que si algún día saliera a la luz,
todo habrá sido tiempo perdido.
Todos te apuntarán,
dirán que siempre fuiste el mismo,
y resumirán años de tu vida
con un simple "las personas nunca cambian".
Por eso siempre estaremos alerta.
Para no perder el control.
Al menos no frente a la gente.
De esta manera, solo tal vez,
viviremos más tranquilos.
Quizá vivamos con la suerte
de no volver a luchar con eso.
Al final le habremos hecho creer a los demás
que hace mucho superamos eso.
Eso de nosotros que nos disgusta.
Eso de nosotros que nunca nos gustará.
Lirica Anon.