A simple vista y sin poner mucha atención, las siguientes esculturas podrían ser enormes piezas físicas, semejantes a las famosas obras de Jeff Koons, sin embargo, se tratan de modelos digitales colocados en diversos espacios públicos, originando una línea estética entre ambos mundos, mezclando el Pop Art y la arquitectura experimental.
Creados por el artista Ken Kelleher, su principal propósito es asombrar al espectador, generarle alegría, alterando la percepción espacial real de dónde se encuentran. Además, inspirado en escultores abstractos como David Smith y Anthony Caro, Ken secunda ese motivo, investigando el significado de la escultura y el de un objeto sin valor utilitario, cuestionando si lo que no existe físicamente también puede ser arte. Toma el arte digital para distorsionar formas elementales, las infla, duplica y altera, para generar un diálogo sobre la materia y forma, la luz y sombra, y el tiempo, espacio y contenido.
De ser físicamente reales, tendrían dimensiones gigantescas, teniendo un fuerte contraste con el entorno circundante. Lo mejor es que son factibles para su fabricación, utilizando acero inoxidable, concreto, aluminio o bronce:
"Hay un elemento de sorpresa cuando creas algo que nunca antes ha existido en el mundo. La escultura es una indagación sobre la naturaleza profunda y misteriosa de las cosas". Todas las imágenes pertenecen a Ken Kelleher.