Existe una forma óptima de escritura a mano: aquella en la que los trazos fluyen con naturalidad, sin forzar la mano y sin provocar dificultades en el trazo. No importa si el resultado es una letra linda o fea, legible o ilegible, lo que interesa es que esa es tu escritura natural y auténtica. Así, sobre esa escritura cotidiana se realizan los estudios grafológicos que analizan los más diversos aspectos del carácter de una persona. Antiguamente, era muy importante una buena caligrafía y los maestros obligaban a realizar un trazo perfecto, bello y totalmente legible. Hoy en día se ha comprendido que, la letra y el trazo, forma parte de la identidad de la persona, y dejar libre la expresión es la mejor forma de permitirnos conocerla en profundidad. De hecho, muchas empresas incluyen en los pre-calificativos laborales, el estudio grafológico de escritura, a fin de tener una visión completa, sobre la personalidad y cualidades de su futuro empleado.
En este artículo, pretendo acercarte las características generales sobre los tipos de escritura, a fin de que puedas indagar acerca de los principales rasgos de tu carácter (o de otras personas), con sólo observar algunos datos primordiales de sus trazos, que comunican mucho más de lo que percibimos y pensamos de nosotros mismos y de los demás.
Grafo-simbología esencial
Para analizar la escritura, es necesario distinguir las tres zonas grafológicas de dicho estudio, pues cada una tiene un sentido particular:
Zona superior (encima del renglón): a esta zona llegan las mayúsculas y las letras con aspas ascendentes (b, d, f, h, k, l y t). Simboliza la espiritualidad y el afán de superación y crecimiento.
Zona media (en el renglón): es donde se despliega el cuerpo central de la escritura, con todas sus minúsculas y el centro de sus mayúsculas. Representa la zona de los afectos, los sentimientos y el subconsciente.
Zona inferior (debajo del renglón): Es hasta donde llegan las letras con aspas descendentes (g, j, p y q). Es la región del mundo material, de los intereses prácticos y los instintos.
Los ejes de la escritura caligráfica
La dimensión, la forma y la inclinación, son las primeras características que se observan en la grafología.
Aún si no se avanzara en el análisis pormenorizado de las letras, el orden, la continuidad, etc., estas tres dimensiones suministran una información suficiente sobre el carácter de una persona.
1) Dimensión
Tiene que ver con el tamaño de la escritura, de las letras y su extensión a lo largo del papel:
A) Tamaño: De acuerdo al tamaño de las letras, podemos clasificar la escritura en:
Grande: Es cuando la altura de las minúsculas sin aspas es mayor a 3 mm. Denota ambición desmedida, falta de adecuación a la realidad y una auto confianza intensa que puede confundirse con el egocentrismo.
Pequeño: Cuando las minúsculas sin las aspas, miden menos de 3 mm. Indica reserva, timidez e introversión. La persona tiene un sentido práctico que suele, suplir la escasez de creatividad. Posee un elevado poder de concentración y agudeza en las críticas.
B) Extensión: De acuerdo a la extensión de los espacios entre palabras, podemos clasificar en:
Escritura ancha: Se indica una separación considerable entre las palabras y las letras que la componen. Ello denota generosidad, altruismo, solidaridad, personalidad versátil y un carácter ameno, que permite una comunicación efectiva.
Escritura estrecha: En este caso, las letras están comprimidas, muy justas y hay un escaso espaciado entre las palabras. Este rasgo indica una dificultad para entablar relaciones, temor, desconfianza y falta de autoestima.
2) Forma
La presencia de ángulos, la uniformidad y los trazos más o menos rudimentarios, son los que se analizan aquí, puesto que todo ello redunda en el aspecto general de la letra:
Escritura legible pero angulosa: indica un elevado nivel de egocentrismo y ganas de huir de ciertas cuestiones problemáticas.
Escritura redondeada y clara: estos trazos demuestran generosidad, buen carácter pero algo de pereza.
Escritura caligráfica: es la clásica letra de escuela, que no ha sufrido modificaciones a través de los años. Este rasgo da cuenta de una personalidad débil, influenciable y con escasa creatividad.
Escritura tipográfica: es la que parece la letra de máquina y, predominantemente, es imprenta mayúscula o minúscula. Da cuenta de un profundo sentido estético, de inquietudes artísticas y de originalidad.
Escritura florida: Es la que tiene muchos adornos y detalles barrocos. Denota una capacidad exagerada para la fantasía y la elucubración, así como una necesidad de exhibirse.
Escritura minimista: Es la que sin ser la de escuela, es sencilla, no tiene ningún aditamento y emplea caracteres gráficos, casi sin variaciones. Da cuenta de una actividad intelectual intensa, de honestidad y flexibilidad para aceptar nuevas ideas.
3) Inclinación e intensidad
La orientación de los trazos, así como la presión que se realiza sobre el papel al escribir, configuran este tercer eje. Cabe destacar que cuanto mas se incline hacia un lado u otro, mayor será la acentuación del carácter que indica cada caso:
A) Inclinación: De acuerdo hacia donde va orientada la escritura en el papel, se clasifica en:
Hacia la izquierda: Indica introversión, desconfianza y algo de egoísmo. Estas personas no se dan a conocer con facilidad y prefieren ser conquistadas antes de avanzar en la seducción del otro.
Vertical: Esta alineación perpendicular con respecto al papel, da cuenta de un temperamento analítico, moderado y que trata de controlar su sentimentalismo. Es tenaz y perseverante , pero puede pecar de inflexible o de cruel.
Hacia la derecha: Denota deseo de mostrarse y de ser admirado. Evidencia un cierto descuido del presente por enfocarse de manera excesiva en el futuro.
B) Intensidad: La forma en que se imprime fuerza al escribir, va a determinar el carácter de quien realiza la escritura. De acuerdo a la presión ejercida puede clasificarse en:
Presión leve: Los caracteres no tienen relieve sobre el papel. porque la mano los traza sin hacer fuerza. Simboliza sensibilidad, intuición, retraimiento y fragilidad de temperamento.
Presión fuerte: La mano hace fuerza y marca el papel al trazar las letras. Indica fuerza de voluntad, coraje, capacidad de esfuerzo, vitalidad y sentido práctico.
Presión ambivalente: Si los trazos ascendentes son fuertes y los descendentes son débiles, da cuenta de una personalidad con muchas dudas, reflexiva y prudente. Si es a la inversa, denota inseguridad, debilidad y una actitud defensiva.