Aunque son los ingredientes perfectos para una escapada romántica, también os puede servir para pasar un fin de semana increíble con vuestro grupo de amigos.
Escapada romántica en Jumilla, Murcia
Cómo llegar
Antes que nada, cabe comentar que el Museo, el restaurante y la casa rural están muy próximos entre sí. Tan sólo les separa 5-10 minutos en coche.
El Museo del Vino, la primera parada de la escapada, se encuentra a 75 km. de Murcia (50 minutos en coche). Para llegar, desde Murcia, hay que coger la autovía en dirección a Jumilla. A continuación, se accede a una carretera rural y en breve se llega al museo.
Lo ideal es poner en Google Maps “Bodega Casa de la Ermita Enoturismo” y el GPS os llevará hasta la puerta.
Museo del Vino Hacienda del Carche – Casa de la Ermita
El Museo del Vino tiene una superficie de 1.500 metros cuadrados y está ubicado en la Sierra del Carche, y algunas de las piezas de su colección cuentan con más de 300 años de antigüedad.
El horario de visitas es: de lunes a viernes de 11:30 y 16:00; sábados a las 11:30, y domingos y festivos hay que consultar disponibilidad
Las visitas sólo se realizan con reserva previa. Podéis llamar por teléfono (607 217 018 / 600 479 005) o mandar un correo a: tour@casadelaermita.com
Os recomiendo que cojáis la visita de las 11:30, el sábado, para que después os de tiempo a ir al restaurante.
El precio de la visita guiada por los alrededores del Museo, la sala con la exposición de las piezas y la cata de vinos con tapas es de 17,90€, pero si os alojáis también en la casa rural os harán un descuento y se os quedará en 14€ por persona.
Entorno del Museo
Lo primero que nos contó la guía, en el exterior del museo, fueron los orígenes del mismo. Después, nos llevó a un par de viñedos en los que cultivan diferentes tipos de uvas y pudimos apreciar las diferencias entre unas cepas y otras.
Sala del Museo
A continuación pasamos a la sala del Museo y la verdad es que me sorprendió gratamente lo grande que era, la cantidad de piezas que tenía y lo bien musealizado que estaba todo.
Cata de vinos en el Museo
Tras la visita guiada, pasamos a una sala donde pudimos hacer una cata de los 4 tipos de vino de los que disponen, maridados con una serie de tapas.
Finalmente, en la tienda del Museo, los visitantes podían comprar vinos, cervezas, aceite de oliva… Nosotros nos decantamos por varias cervezas artesanales Yakka, que ya conocíamos, y que también se fabrican en Murcia.
Restaurante Cien
Terminada la cata, la guía de la visita nos acompañó a la casa para que pudiéramos dejar las maletas. Como os he comentado al principio, se encuentra a unos 5-10 minutos en coche del Museo. Nos enseñó las instalaciones y nos dio las llaves y el mando para la alarma.
Seguidamente, fuimos al Restaurante Cien que también está muy próximo. La guía había confirmado previamente nuestra reserva desde la recepción del Museo.
Las instalaciones son acogedoras y cuidadas, y nada más entrar puedes ver sus hogueras, hechas con sarmiento, en las que cocinan delante de sus clientes sus típicos arroces, así como los grifos de vinos en los que te puedes servir tu propia copa.
El menú estuvo compuesto por:
Una mousse de morcilla.
Tartaletas de pulpo.
Ensaladilla de merluza.
Arroz al sarmiento con verduras y secreto ibérico, una delicia.
De postre unas milhojas de crema bañadas en chocolate.
Finalmente, nos obsequiaron con este dulce típico de Jumilla.
El precio de todo fueron 30€ por persona, con descuento por estar alojados en la casa rural.
Casa del Labrador
Una vez satisfechos, cogimos el coche y fuimos para la Casa del Labrador. Por cierto, el check-in lo hicimos en la recepción del Museo cuando llegamos por la mañana.
Es una casa bastante grande que, en su parte exterior, cuenta con piscina y zona de barbacoa.
El funcionamiento de la casa es el que sigue: reservas tu habitación que es privada y cuenta con su propia llave, y el resto de zonas de la casa son comunes para todos los huéspedes. Tuvimos una gran suerte porque éramos los únicos alojados y pudimos disponer del hotel para nosotros solos.
En nuestro caso, para la escapada romántica, reservamos la suite uva que cuenta con jacuzzi.
Después de una merecida siesta, pudimos disfrutar de la bañera de hidromasaje.
Las zonas comunes están compuestas por:
Un recibidor.
Una cocina totalmente equipada (utensilios de todo tipo, cafetera, vajilla, cristalería, lavavajillas…).
Una zona de comedor con una gran mesa.
Una zona de relax con chimena.
Unos sofás muy cómodos y mesas de café.
Y una mesa de billar.
La casa no incluye servicio de comidas aunque te dejan preparado todo lo necesario para el desayuno (zumos, cápsulas de café, pan para hacer tostadas, mantequilla y mermelada y bollería), así que nosotros nos llevamos nuestra propia cena: unos frutos secos, una tabla de quesos y paté.
Después de cenar, encendimos la chimenea y pudimos relajarnos frente al fuego.
Ruta de senderismo
Por la mañana, después de desayunar las cosas que nos habían dejado preparadas, nos calzamos nuestras zapatillas de trekking y salimos a pasear.
Comenzamos caminando entre los extensos viñedos:
Después, enfilamos por una senda que poco a poco dio paso a un bosque de pinos:
Y terminamos subiendo a la cima en donde encontramos el Albergue de la Peña. Una vez allí, mi pareja me sugirió hacer una pequeña meditación antes de bajar, y yo, por supuesto, accedí encantada. Para llevarla a cabo de manera sencilla utilicé la aplicación Stop, breathe and think, de la que ya os hablé aquí.
Finalmente, volvimos a la casa, nos dimos una ducha rápida y le entregamos las llaves a la guía del Museo que volvió a recogerlas.
Si queréis hacer una reserva en la Casa del Labrador, podéis hacerlo aquí.
Si tuviera que hacer un balance de esta escapada romántica en Jumilla, Murcia, éste sería realmente bueno. Fue un fin de semana muy completo entre la visita al Museo, la cata de vinos, la deliciosa comida, el relax en el jacuzzi y frente a la chimenea, la ruta de senderismo por la naturaleza… ¡E incluso pude meditar! Sin duda lo recomiendo.
Ahora bien, centrándome en la casa, no sé si sería lo mismo si hubieran otros huéspedes con los que compartir las zonas comunes o si la compañía fuera un grupo de amigos en lugar de la pareja. Si vosotros os encontráis con esta situación me gustaría saber vuestra opinión al respecto aunque, independientemente, es una experiencia que seguramente repetiré en un futuro.
Os animo a seguir mi día a día y mis viajes en Instragram @soylorenasolis
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