“Ya todos estamos en la edad de tirar por la borda los sentimientos que no sirven para nada y quedarnos sólo con aquellos que nos ayudan a vivir”- Isabel Allende.
Hace unos días, mientras regresaba de Madrid a Guadalajara, ocupaba mi tiempo en procrastinar en las redes sociales cuando me conseguí la frase que inicia este post. ¿Conocen esa extraña sensación en la que algo te golpea en la cara como diciendo: “Epa pst, esto es contigo“?
Es cierto que a medida que vamos madurando, la intensidad de algunos sentimientos pasa a un segundo plano; uno aprende a ser más objetivo y a elegir las batallas por las que vale la pena luchar.
Pero “tirar por la borda algunos sentimientos” no me parece tan fácil ¿Cierto? Sólo la racionalidad podría ayudar a lograrlo. Eso, y que la vida es un momento, entonces por qué abrazarnos a la piedra con la que siempre tropezamos.
Yo creo que nada es eterno. La gente, como las cosas materiales, pasan por la vida. Algunas logramos conservarlas y otras simplemente se van, se rompen de tanto usarlas, dejan de gustarnos o simplemente no son como las recordamos.
En lo particular soy una persona de sentimientos extremos, y cuando algo me duele me aíslo. Cuando no puedo cambiar las cosas, cuando me canso de esperar o incluso cuando supongo que los demás deberían actuar de determinada manera, mi cabeza se convierte en un disco con una sola canción. Me abrumo yo sola.
Me parece que Isabel da con la clave para vivir mejor, quedarse con lo que te hace bien, con lo que te ayuda a seguir, a crecer o incluso a esperar al lado del camino. Dicen que uno debe de querer sin esperar nada a cambio, pero yo añadiría esto que dice Allende de desechar los sentimientos que no nos sirven para nada, y aferrarnos a aquellos que nos ayudan a continuar.
Y si desechar parece demasiado definitivo, pues al menos hay que sacudirse (Por eso les dejo esta canción para bailar y sacudirse todo lo malo y así arrancar la semana con mucha fuerza) ¿Alguien opina igual o nuevamente es mi cabeza pensando en loop?
PD: La frase pertenece al libro de Isabel llamado “Retrato en Sepia”. Todavía no lo he leído, pero creo que pronto iré a la biblioteca a buscarlo. Y la foto del inicio es de Carli Davidson, una fotógrafa que tiene una colección llamada Shake, de perros sacudiéndose el agua. ¡Demasiado perfectos y hermosos!