Entrevista a Natalia, autora de Mariposa Migrante

En la entrevista de hoy conocemos a Natalia, la persona detrás del blog Mariposa Migrante. Os dejo con ella:


Nombre: Natalia González (alias Mariposa Migrante)

Ocupación: Licenciada en Sistemas de Información, profesora de español e informática

País de origen: México

Llegué a Alemania en: Junio 2002

Ciudad actual de residencia: Stade, Baja Sajonia

Blog: www.mariposamigrante.com

Redes sociales:

Instagram: @mariposamigrante73

Facebook: /mariposamigrante


Entrevista a Natalia, autora del blog Mariposa Migrante

Kartoffel Tortilla. Hola Natalia. Bienvenida a Kartoffel Tortilla. Gracias por tu acceder a esta entrevista. Para comenzar, puedes contarme cuáles fueron los motivos para trasladarte a Alemania.

Mariposa Migrante. En septiembre del 2000 conocí a un alemán en una discoteca local de mi ciudad natal: Monterrey. Empezamos un noviazgo a distancia que terminó con nuestra boda el 18 de mayo del 2002. Aunque mi marido había trabajado en Monterrey y no habría tenido problemas con mudarse, decidimos establecernos en Alemania, en la ciudad de Vlotho donde vivía en aquel entonces.

Cabe aclarar que sólo había estado dos veces en Alemania, la primera en un tour por Europa en el cual conocí algunas ciudades del país de “pisa y corre” en 1996. Y ya con los planes de boda, vine a conocer a sus padres en diciembre del 2001 y con esa semana me bastó para decidir que era mejor vivir en Alemania que en México. No me arrepiento de la decisión y ahora con dos hijas, creo que aquí tienen más oportunidades para su futuro, seguridad y tranquilidad.

KT. Cuando llegaste casi no hablabas el idioma. ¿Cómo recuerdas aquellos primeros años?

MM. Había tomado un curso para principiantes en México que prácticamente no me sirvió de nada cuando llegué. Así que me frustré cuando me enteré que en verano no había cursos de alemán en ninguna parte y tuve que esperar hasta septiembre para comenzar un curso en la Volk Hoch Schule (VHS) local. Antes no había cursos de integración ni intensivos como ahora. Sólo iba dos veces a la semana para aprender alemán durante 4 horas por la mañana. Definitivamente no fue muy productivo, y como la ciudad era muy pequeña nadie hablaba inglés como yo había pensado. Además, mi marido viajaba por lo que pasaba mucho tiempo sola y ni siquiera en la televisión podía ver programas en inglés porque aquí todo se traduce al alemán. Algunos pensarán que eso debía haberme ayudado a aprender más rápido, pero no.

No conocía a nadie y fue difícil hacer los primeros contactos. Traté de ocupar mi tiempo en sacar mi licencia de manejo (en inglés) y en clases de aerobics, fotografía y pintura. En diciembre volamos a México para pasar la Navidad con mi familia y aprovechando un proyecto de mi marido en Florida, decidí quedarme en México y tomar un curso intensivo con una profesora alemana particular. Cuando regresé a Alemania en marzo encontré trabajo como consultora de sistemas y viajé por toda Europa hablando inglés con los clientes y colegas. Fue un tiempo maravilloso, pero desgraciadamente no ayudó en el aprendizaje de alemán.

Después vinieron las hijas y nunca tuve tiempo para asistir a un curso. A duras penas he logrado mi certificado C1 pero cometo muchos errores de principiante, así que mi mejor consejo para los recién llegados es aprender el idioma bien desde el principio. Sin excusas ni quejas. Es primordial y hubiera agradecido este consejo cuando llegué.

KT. Tras 18 años viviendo en Alemania, ¿dirías que te has alemanizado? Cuéntame algo typisch Deutsch que hagas sin pensar:

MM. Sí, definitivamente tengo mucho de los alemanes. Antes de vivir en Alemania, ya era puntual y ordenada por lo que no me costó trabajo acostumbrarme, pero a lo largo de estos años he aprendido mucho de las reglas, leyes y costumbres alemanas.

Reciclo la basura, evito el desperdicio, no me maquillo, tengo plantas en mis ventanas, decoro la puerta de acuerdo a la estación, abro puertitas de los calendarios de adviento y prendo las direccionales cuando conduzco. Algunas de estas cositas desesperan a más de uno cuando estoy de vacaciones en México.

KT. En 2007 nace tu blog Mariposa Migrante, ¿qué te impulsó a comenzar a escribirlo?

MM. La necesidad de contar a mi familia las novedades que me pasaban en este lado del mundo y que ya involucraban a nuestras dos hijas. Desde el 2005 enviaba correos electrónicos mensuales con los avances de la primogénita y algunas fotos. La menor nació en el 2006 y en ese tiempo descubrí lo que era un blog. El nombre de Mariposa Migrante y el logo nacieron unos años después cuando tuve que cambiar de plataforma a WordPress. Nunca me hubiera imaginado que los blogs inundarían el internet y cómo me hubiera gustado tener a la mano tanta información cuando migré a Alemania.

El propósito de mi blog sigue siendo el de ser mi diario personal, el cual imprimo y guardo para mi futura vejez. Pero al mismo tiempo sirve de referencia para otras personas que como nosotras, llegan a este país sin tener mucha idea de cómo funcionan las cosas por acá. En los últimos años he notado que hay muchísima gente de Latinoamérica y España llegando a Alemania y ya me siento veterana contando mis anécdotas con dos adolescentes en casa. Pero así pueden ver todos los recién llegados que es posible sobrevivir al frío, al idioma y a la vida entre alemanes y que criar hijos biculturales es algo cada vez más común.

KT. Volviendo al tema de la migración, ¿te has planteado en algún momento volver a México?, ¿qué es lo que más echas de menos de tu tierra?

MM. No y creo que soy de las pocas que se vino con la idea de quedarse. Obviamente que extraño muchas cosas de mi tierra, principalmente a mi familia, la comida y el clima cálido (hablando de temperatura y gente). Cada vez que voy de vacaciones a México me duele regresar, pero estoy convencida que nuestra vida aquí es maravillosa y llevo a mi México dentro del corazón. Nunca he anhelado volver y hoy más que nunca no regresaría a México. Es triste admitirlo, pero la situación económica y social se han deteriorado en los últimos años y nunca ha pasado por mi mente regresar. Vamos de vacaciones y disfrutamos cada día al máximo. Comemos rico, visitamos a toda la familia, compramos cositas para traer en la maleta y cargamos pilas.

Al menos la comida ya no la extraño tanto porque gracias a la globalización encuentro de todo aquí. ¿Hace 18 años ni aguacates había en el supermercado y taquerías? ¡Ni pensarlo!

Gracias a los avances tecnológicos, estamos continuamente en contacto con la familia incluso con mis abuelos que ya tienen un Smartphone. Eso ayuda mucho a mitigar la nostalgia.

Otra cosa que me ayuda es que vivo mi “mexicaneidad” a diario: hablo español con mis hijas, vemos series en español, comemos tortillas y frijoles todos los días, celebramos muchas fiestas “a la mexicana”, tengo muchas amigas latinas con las que bailo y paso momentos increíbles, participo en todo evento cultural al que me invitan sea para preparar un platillo mexicano, hablar de Frida Kahlo, vestir trajes típicos o incluso bailar el “Jarabe Tapatío”. Eso no quiere decir que no me haya integrado a la sociedad alemana, por supuesto hablo alemán, tengo círculos de amistades en mi ciudad y también celebramos las festividades alemanas. Pero esa parte “mexicana” que vivo en tierras germanas evita que extrañe demasiado.

Y el clima todavía sigue sin gustarme, pero he aprendido a vivir cada estación al máximo y el frío ya no me asusta. Los días cortos y obscuros no me gustan nada, pero también he buscado alternativas para hacer el invierno más llevadero. Lo mejor es escaparme a un lugar cálido en enero, jiji!

KT. Tu marido es alemán, ¿cuáles crees que son las ventajas y desventajas de formar una familia multicultural?

MM. Como todo en la vida, hay ventajas y desventajas en todo y para todos, pero creo que en una familia multicultural la cantidad de ventajas es mayor definitivamente. Las desventajas son principalmente para la persona migrante, sea uno o los dos en la pareja. Todo es diferente, hay mucho que aprender, adaptarse a costumbres, integrarse a una sociedad distinta a la suya, etc. Para la pareja “local” si la hay, es entender del “migrante” la cultura que traemos puesta, admitir que no cambiaremos algunas cosas aún después de 20 años, como se lo dijo un amigo suizo a mi marido “tienes que aceptar el paquete completo” : llamadas y viajes a México, costumbres “raras”, hábitos relacionados a la religión, etc. Pero después de un tiempo, ya ni lo llamaría desventaja sino un “plus” en la relación porque podemos complementarnos mucho.

¡Y ventajas, muchas! Esta mezcla de culturas nos hace más ricos en todos los aspectos y nos hace más tolerantes, abiertos y sensibles. Los frutos de una familia multicultural, es decir los hijos, reciben un sinfín de ventajas en este mundo tan globalizado.

KT. Si alguien te dijera qué está pensando venir a vivir a Alemania, pero no sabe por dónde empezar. ¿Qué le recomendarías?

MM. Lo primero: ¡aprender el idioma! Si llegas al menos con un nivel A2 todo será más sencillo. Y lo segundo: ¡la actitud! Ser abierto, no quejarse, ver lo positivo en todo, disponibilidad a aprender, adaptarse e integrarse; no sentirse menos, si te caes, volverte a levantar; agradecer las oportunidades, los fracasos y los buenos momentos; mantener el ánimo y ser feliz.

Migrar no es para todos, siempre lo he dicho. Y si después de unos años no te sientes satisfecho, no tiene nada de malo regresar o buscar otro destino. Lo más triste para mí es conocer gente que no se da cuenta de eso y sigue aquí años y años, soñando que algún día este país será como México.

KT. ¿Te gustaría añadir algo más? Este es el momento

MM. Alemania es mi segunda patria y como tal, la amo. No es perfecta, pero ofrece muchas oportunidades, tiene cosas positivas y puede llegar a ser un buen “hogar” para quien lo desea. Estoy convencida de que cada país de este planeta tiene ventajas y desventajas, cosas buenas y no tan buenas, gente linda y otra no tanto. Está en ti descubrir si un lugar es para ti o no, sea que el amor, el trabajo o los estudios te hayan llevado hasta ahí.

En mi caso el amor me trajo hasta aquí y he aprendido a encontrar el punto medio entre estos dos mundos que identifican a mis alas en el logo de Mariposa Migrante. No soy de aquí ni soy de allá, soy una mezcla de dos culturas de las cuales saco el mejor provecho para mí, para mi familia y para mi alma. ¡Ánimo y mucha suerte en tu vuelo a tierras lejanas!

¿Tienes un proyecto en Alemania y te gustaría darlo a conocer? Contacta conmigo y hablamos sobre la posibilidad de hacer una entrevista para la sección Miradas Migrantes del blog.

Fuente: este post proviene de Kartoffel Tortilla, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Desde hace semanas, los escaparates de las tiendas y de los comercios se han llenado de conejos y de huevos pintados. Al igual que con el resto de las tradiciones alemanas, la Pascua tiene una decorac ...

Desde hace semanas, los escaparates de las tiendas y de los comercios se han llenado de huevos pintados y de conejos. Al igual que con el resto de las tradiciones, la Pascua en Alemania tiene una deco ...

Recomendamos