Entrevista a Izmir, creadora de Maquíllate con Propósito



En la mirada migrante de este mes os presento a Izmir, creadora del proyecto Maquíllate con Propósito desde el que apuesta por una cosmética respetuosa con el medio ambiente y con el que brinda herramientas de empoderamiento de la mujer a través del autocuidado consciente y minimalista. ¿Quieres saber más?


Entrevista a Izmir, creadora de Maquíllate con Propósito
Nombre: Izmir Henry

Ocupación: Office Manager.

País de origen: Panama.

Llegué a Alemania en: 2017.

Ciudad actual de residencia: Hamburgo.

Blog o web personal: maquillateconproposito.com

Redes sociales:

Facebook: maquillateconproposito

Instagram: @maquillateconproposito


Entrevista a Izmir, creadora de Maquíllate con Propósito.

Kartoffel Tortilla. Hola Izmir. Bienvenida a Kartoffel Tortilla. Antes de comenzar con las preguntas, me gustaría volver a darte las gracias por tu tiempo. Cuéntame ¿por qué te mudaste de Panamá a Alemania? Me has dicho que permanentemente, no sé si has estado yendo y viniendo. Cuéntame un poquito tu historia.

Izmir Henry. Vine por primera vez en 2013 porque gané beca para hacer una maestría en Bremen. Pero primero estuve en Berlín tres meses, estudiando alemán intensivamente y bueno, en esos dos años conocí a mi hoy esposo. La beca era un acuerdo entre el DAAD de Alemania y el gobierno de Panamá y una de las condiciones era que si te quedabas en Alemania de manera permanente, tu beca se convertía en un préstamo. Así que, yo decidí volverme a Panamá y durante dos años llevamos una relación a distancia.

Podría decir que la razón venir a Alemania es la clásica que se dice, por amor. Aunque también para trabajar y realizarme aquí. Nosotros consideramos los dos lugares. Lo único que Alemania era más práctico, igual a mí me había gustado mucho la calidad que hay aquí y la vida general acá, a pesar del clima.

KT. Bueno, ¿y qué tal te llevas con el alemán? No sé tú, pero creo que la mayoría de inmigrantes tenemos una relación de amor odio con el idioma.

IH. Bueno, yo creo que como ya no lo estoy estudiando formalmente desde hace un año, es como si me enfrentara a la realidad de que no sé, cometo errores, que no es perfecto, etc. o de tratar de entender la lógica de la gramática… Hasta que comencé en una empresa y tuve que dar todo. La mayoría del trabajo era en inglés, pero igual me tocaba hablar alemán con compañeros y fue como que perdí el miedo.

La primera etapa como que bueno, ahí tiene que ser perfecto. Pero luego te das cuenta que ni siquiera los alemanes hablan alemán perfecto. Entonces es como que ya para adelante. Yo creo que yo ya la relación amor odio ya la superé. Aunque no lo amo. Es un medio para otras cosas. Creo que al final, mientras lo vea así y no me enfoque en que tiene que ser perfecto (que al final no me aporta nada), pues ya Isela con el idioma.

KT. Teniendo un marido alemán, no se si te habéis tenido muchos choques culturales entre vosotros o con su familia. ¿Qué fue lo que más te llamó la atención o lo que más te chocó cuando te trasladaste a Alemania?

IH. La verdad es que no siento que haya tenido un choque cultural fuerte. Como estudiante tuve una introducción sin preocupaciones a la vida alemana. Siento que ya yo era una persona organizada. Así que para mí era como que guay, vengo de Latinoamérica, donde vas a hacer un trámite y te dicen que te tienes llevar cinco cosas y resultaba que tenías que llevar seis. Aquí te dicen que tienes que llevar cinco y son cinco y todo funciona.

No es que es un choque cultural, pero sí siento que es algo que este ha sido como lo más retador. Al principio quieres hacer sólo amigos alemanes y eso es súper difícil. Tengo como tres amigos alemanes y ya. Crear un vínculo de amistad genuino con con ellos en tan poco tiempo es complicado. Otra cosa que me sí me choca es no poder como ser espontáneo a la hora de planear. A veces, hasta para llamar a una amiga por teléfono.

Y el tema horas no es que era impuntual, pero ellos te dicen a las 7 y 6.55 en la puerta. Y en principio eso sí que me costó como adaptarme. O la organización del calendario de planificar con tres meses.

Creo que a la familia de mi esposo he traído el dinamismo, la espontaneidad y un poco como de flexibilidad. Y con él, otro aspecto es tal vez en la comida que comemos diferente, pero hemos encontrado como nuestro propia cocina. La clave de todo ha sido mucha comunicación e igual siempre salen los matices. Pero es como que bueno, eso es lo que hace interesante este matrimonio. Y ahora que bueno que vamos a ser papás, me imagino que será un experimento interesante.



KT. Con la actual situación, con la pandemia, ¿cómo estás viviendo el embarazo en Alemania?

IH. Lo que no me había planteado era que las coas fueran como han sido. Pero por otro lado, también entiendo que es algo que nadie podría controlar, que no podíamos planear y hay fluir, dentro de lo que cabe. Y bueno, claro que para mí es súper difícil saber que probablemente no vaya mi mamá aun hasta que después que nazca el bebé. Porque ahora pues no pueden entrar a Alemanias, no tienen una visa Panamá. Sólo puedes obtenerla como estudiante o por trabajo. Pero no para hacer turismo. Pero bueno. Tengo la fortuna de que tengo aquí a la familia de mi esposo y sé que ellos no me van a dejar sola.

KT. Echando la vista atrás, ¿de qué momento estás más orgullosa de tu trayectoria en Alemania?

IH. Bueno, la verdad es que yo siento que hay algo de lo que me siento súper orgullosa y es de haber logrado ya en tres años entender un poco el proceso de búsqueda de trabajo. No sólo del proceso, si no también a la hora de hacer las entrevistas, qué es importante, qué se consideran temas culturales, etc. Al final entiendes que los alemanes son así y no hay muchas cosas que se puedan cambiar. Entiendes cómo funciona todo, la dinámica del trabajo y las entrevistas. Al principio me moría de miedo.

KT. Y de tu experiencia como migrante en Alemania has decidido ayudar a otras personas en tu misma situación. ¿Puedes contarme más sobre este proyecto? Por qué surge, en qué punto se encuentra ahora…

IH. Este es un proyecto más a largo plazo y surge un poco de lo que he aprendido de estos cinco años con la vida en Alemania, como los pasos que uno puede dar. Una especie de caja de herramientas útiles para la adaptación en Alemania. Pienso que no todo el mundo tiene acceso a esas herramientas y creo que habría inmigrantes más satisfechos con su proceso migratorio si estas herramientas y si esta información estuviera disponible. Claro que hay asociaciones, pero a veces ni se te ocurre que haya profesiones en español o que hay información en español, entonces es como un proceso súper complicado que puede ir bien.

Con este nuevo proyecto me gustaría ayudar a mujeres. Normalmente hablo de mujeres porque en general las mujeres creo que la tenemos un poco más difícil ya de por sí, para además sentirnos realmente realizadas aquí. Cuando me preguntan por qué vives en Alemania odio contestar, vine por amor. Vine por voluntad propia y vine con el objetivo de desarrollarme profesionalmente y de seguir mejorando el idioma, integrarme al mercado laboral y crear una vida también para mí como individuo aquí.

Siento que al final la clave para sentirme como me siento ha sido desarrollar cierta habilidad para entender cómo funcionan las cosas aquí. Y ha sido gracias a que he trabajado de la mano con distintas profesionales, una psicóloga, una coach de vida y otra de laboral. Creo que el problema es que muchas veces venimos a Alemania con muchas expectativas y con la mentalidad de que es menos, no valoras lo que traes, tu aprendizaje en tu país de origen. Y bueno, yo viniendo de Latinoamérica creo que todavía es más latente. Pero la realidad es que uno trae justo eso que a ellos le falta: esa flexibilidad, ese dinamismo, esa apertura.



KT. Y sobre tu proyecto, Maquíllate con Propósito, ¿qué puedes contarme?

Bueno, Maquíllate con Propósito nació como un deseo de utilizar mi pasión por la cosmética. Cuando me mudé acá dejé de ser la mujer segura que se maquillaba, que se ponía todos los colores, que le daba igual que la gente la mirara. Cuando vine acá pues me metí como en mi caparazón y no quería que la gente me viera y no me ponía labial porque no quería llamar la atención. Si le sumas el acento y mis rizos… Hasta que un buen día me di cuenta que bueno, que al final pues había poco en mi físico que yo podía cambiar para que las otras personas dejaran de verme. El camino del cambio fue encontrar una nueva definición de belleza para mí, para sentirme bien y quitar el foco de lo que pensaban los demás. Así surgió Maquíllate con Propósito.

Mi plan era ofrecer talleres presenciales porque es algo que disfruto mucho, pero con la COVID Maquíllate con Propósito es una plataforma (me gustaría decir que educativa) para mujeres que realmente no son expertas (yo tampoco lo soy) que quieren aprender a usar los productos que tienen porque nunca aprendieron o porque no tienen tiempo, por el idioma o por otras barreras. Quiero hacer que el proceso de maquillarse y cuidarse la piel sea simple y sencillo para ellas. Que el objetivo sea sacar tiempo para cuidarse, para sentirse bien con la mujer que ven al espejo y que no se les pase la vida dejándose en segundo plano por esa cantidad de cosas que a veces dejamos pasar y nos ponemos a nosotras de segundo plano.

Entrevista a Izmir, creadora de Maquíllate con Propósito


KT. Durante este tiempo en Alemania, ¿te has planteado en algún momento volver a Panamá?

IH. Sí, pero el plan es hacerlo cuando ya nos jubilemos. Mudarnos a una casa en la playa o comprarnos una casa en la playa e irnos a Panamá. La verdad es que económicamente Panamá está bien, pero la calidad de vida es… O sea, se vive bien, estamos bien, somos alegres, felices, todo funciona. Pero luego para Alemania tiene tantos beneficios en temas de familia, en temas de ley, en temas de consideraciones, ayudas en cantidad de cosas, que en Panamá no existirían.

Mi esposo no habla español y tiene una profesión muy específica. Sería difícil encontrar trabajo en Panamá. Pero sí que en algún momento a los dos nos gustaría. Nos vemos viviendo en Panamá así como es.

KT. ¡Es un plan que tiene muy buena pinta! Viajemos un poco al pasado. Si volvieras atrás, cambiarías algo de tu proceso de migración?, ¿habría algo que harías de otra manera?

IH. Algo que tuvo que ver con mi primer trabajo en Alemania. Aquí viene una historia feita. Experimenté por primera vez en mi vida el Mobbing. Cuando salí del trabajo ya estaba a punto de reflejarse en mi salud. Y me hubiera gustado como hacerme caso antes de que llegara a ese punto. Pero bueno, al final salí de ahí. Y creo que me quedaba la lección. Al final, repito lo que dije antes, es como confiar y saber que aunque sea de donde tú vengas, tú tienes una serie de habilidades, una cierta serie de habilidades blandas y técnicas.

Al final es como es un intercambio y uno tiene que de verdad entender que el trabajo como un intercambio. Pero las lamentablemente muchas empresas piensan primero en ellas y luego en ti. Entonces si tú no piensas primero en ti acabas burnout. En Alemania hay unas normas, un reglamento y me hubiera gustado salir antes y no llegar al punto que llegué. Pero este tipo de cosas alimentan mis proyectos, como el de la caja de herramientas para inmigrantes.

KT. ¿Te has sentido discriminada por ser panameña en Alemania?

IH. La verdad es que no. Pero sí reconozco desde mi privilegio que como no soy tan oscura, paso como agachada (como decimos nosotros en Panamá), como que me ignoran. Hay qué bonito Panamá, qué bonitos tus rizos, qué bonito el canal. La tengo más fácil que otros casos que sí he escuchado. Gente estúpida y mala gente se puede encontrar en todos lados.

KT. ¿Qué le dirías a alguien que se esté planteando venir a Alemania?

IH. Hay que embarcarse en un proceso de conocerte. Las entrevistas de trabajo que yo he hecho te preguntan en qué eres bueno y tienes que poner ejemplos. Tienes que volverte una especie de experto en tu propia vida porque al final el que consiga el trabajo no tiene por qué ser el mejor capacitado, si no el que mejor se vende, saber de lo que se es capaz.

Pregúntate cuál es tu plan de vida en Alemania. Me salió una maestría, Mi esposo consiguió un trabajo… Pero y tú, ¿qué vas a hacer? Y lo veo más en mujeres lamentablemente. Normalmente somos las mujeres las que nos vamos por los esposos. Pero a las mujeres les invito que se hagan la pregunta que se quieren llevar de Alemania. ¡Y que hagan las paces con el idioma! Que es horrible, que no te entienden, hay gente que no te quiere entender, no te quiere ayudar, pero es el medio para hacer tu vida un poco menos complicada en Alemania y entender que ellos son diferentes, que tu eres diferente y lo que te parezca, lo adoptas (lo que te hace bien) y lo que no, no lo adoptas. Contrario a lo que pasa en Panamá, aquí todo el mundo anda a lo suyo.

Si quieres venir a Alemania, lo primero es el idioma. Yo vine con un intensivo de A1 de Panamá y yo pensaba que iba a poder pedir agua, aunque fuera. Y no entendía nada. Ahora hay tantas opciones: que si apps, páginas web… ¡Y documentos apostillados!



¿Tienes un proyecto en Alemania y te gustaría darlo a conocer? Contacta conmigo y hablamos sobre la posibilidad de hacer una entrevista para la sección Miradas Migrantes del blog.

Fuente: este post proviene de Kartoffel Tortilla, donde puedes consultar el contenido original.
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