Inaugurado el 24 de octubre de 1986, este fascinante espacio que engloba una altísima dosis de arte, historia y cultura de Egipto había reabierto sus puertas en abril de 2010, después de un proceso de restauraciones de cinco años. Sin embargo, la Revolución del año siguiente obligó a un cierre rápido e inesperado. Es por ese motivo que el reestreno para que turistas y viajeros puedan apreciar todo su riquísimo material constituye una señal muy positiva para la imagen de Egipto en general.
Una de las principales atracciones del Museo de las Joyas Reales, que cuenta con una colección de diversos artefactos sumamente suntuosos, pasa por las coronas de oro y platino engalanadas con perlas y diamantes, pertenecientes a la familia real que administró el país de 1923 a 1952. En ese sentido, también pueden contemplarse medallas y relojes; al igual que los objetos mencionados anteriormente, bajo custodia durante todos estos años en los que estas galerías estuvieron cerradas.
Actualmente, el establecimiento reúne 1.045 piezas y 427 selecciones, elementos que giran en torno al Rey Faruq, cuyo período en el poder comprendió entre 1936 y 1952, y a Su Majestad la Reina Farida (1938-1948), entre los personajes más destacados. Según responsables del propio museo, por el momento, sólo hay 683 piezas en exposición, al tiempo que las 362 restantes aguardan que una mejor organización del espacio permita que haya lugar para exhibirlas.
Vale remarcar que el Museo de las Joyas Reales de Alejandría está situado en un palacio histórico, construido en 1923 y decorado con una línea de marcada esencia renacentista, el cual tiene dos pabellones y alberga auténticas joyas pertenecientes a la familia monárquica de Egipto, retenidas por el Estado tras la Revolución de 1952, cuando se instauró el sistema republicano vigente.
Se trata de una oportunidad para no dejar pasar en una visita a este maravilloso país africano, indudablemente una de las máximas referencias a nivel mundial en materia de patrimonio histórico-cultural.