Este viejo país esconde multitud de tesoros naturales y monumentales, y cualquier ocasión es buena para realizar una escapada y reencontrarte con ellos. A una hora de Zaragoza se encuentra por ejemplo el Monasterio de Veruela, un antiguo centro monástico de origen cisterciense fundado en el siglo XII y que está situado en un paraje de gran belleza, a los pies del Moncayo zaragozano.
Adentrarse en el Monasterio de Veruela es adentrarse en un mundo de desconexión, de paz, de belleza… Su arquitectura, el impresionante claustro gótico, el refectorio, la no menos impresionante iglesia románica… es un conjunto que merece la pena visitar y por el que hay que perderse con calma para tratar de captar la historia que desprenden sus históricos muros.
Si lo conoces, siempre es una buena idea reencontrarse con nuestro pasado. Y si no lo conoces, tienes que acercárte hasta este rincón situado en las proximidades del Moncayo que no te dejará indiferente.
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