Esta semana no he tenido ni un minuto libre pero quería contaros que el sábado pasado fuimos con unos amigos a pasar el día a El Escorial.
No sé si os lo había dicho pero soy una apasionada de la Historia de España y más en concreto de la de los Austrias. Me mencata cotillear sobre sus planes ocultos, políticas matrimoniales, guerras, odios etc. Y por eso tenía que volver al Escorial, porque hace que no lo visitaba desde que nos llevó la profesora de historia del instituto, Trinidad Ortúzar Castañer ¡qué gracia que me haya venido su nombre a la cabeza sin tener que esforzarme ni un segundo! fue mi profesora favorita sin lugar a duda y es la persona que me hizo interesarme en la Historia de España. Aún guardo el árbol cronológico que nos hizo hacer los primeros días de clase y llevarlo durante todo el curso.
De esa excursión sólo recordaba el Panteón de los Reyes y de que Juan de Borbón estaba en el pudridero esperando a que dejaran sus huesos en una de las urnas porque, aunque nunca llegó a ser rey de España, su hijo Juan Carlos I quiso que estuviese allí.
A pesar de que el recinto es inmenso la visita guiada por el Palacio de los Austrias se me hizo muy corta. Lo malo es que siempre me quedo con la misma pregunta cuando visito algún castillo/palacio ¿pero por qué no nos enseñan los recovecos? Yo lo que quiero ver son los pasadizos secretos, las estancias desconocidas, las cocinas, cuadras, habitaciones de la servidumbre, etc. y que me cuenten los chismorreos de la época.
Una cosa que siempre me ha hecho mucha gracia es comparar a los Austrias con los Borbones en este caso habría que comparar la pomposidad con la que vivían los Borbones allí y que estos no disimulaban su fe religiosa. Es que no tiene nada que ver un palacio con otro y menos la obsesión de los Austrias por la religión con la escasez de detalles por parte de los Borbones de la época.
Os recomiendo que si vais con mal tiempo, como hicimos nosotros, después de daros un paseo por los jardines vayais a tomaros un buen chocolate con picatostes al Hotel Miranda & Suizo.
Acabo de darme cuenta de que se me olvidó hacer una foto a la merienda ¡argggg!
Besos!
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