Sus características variaban dependiendo de factores climáticos, culturales e históricos.
Algunas tienen sus orígenes en las antiguas villas romanas o en las construcciones rurales del Al-alandalus.
En su origen también influye si empezaron a construirse en tiempos de paz o de guerra, en cuyo caso disponían de defensas como en el caso de las torres aragonesas.
Normalmente las casas rurales eran contruidas por personas humildes o de clase media, pero también por nobles e incluso reyes como es el caso de los pazos gallegos o las masías catalanas donde la figura del “hereu” (primogénito) heredaba el patrimonio familiar.
El clima también influía mucho en la forma de contruir las casas rurales así como de los materiales de que se tenían a mano.
En próximos artículos iremos viendo las características específicas de cada una de las siguientes casas rurales:
La Masía catalana.
El Cortijo andalúz y extremeño.
Las Casas de campo castellanas.
El Pazo gallego.
La Barraca valenciana y murciana.
El Caserío vasco.
La Alquería levantina.
La Quitana, Quinta o Casería asturiana.
Las torres aragonesas.