Desdicha no está de acuerdo con muchas cosas, especialmente con los refranes, los dimes, los diretes, las frases hechas o los dichos populares.
Desdicha es un gran proyecto y una pequeña venganza en la que escribe e ilustra libremente su versión de los hechos.
A Desdicha un día se le atragantaron los finales con perdices, las frases aspiracionales en color pastel, y el exceso de botones de "me gusta".
Entonces decidió hablar de sí misma y contar verdades defectuosas, desde su irónico punto de vista, porque la realidad siempre es mucho más divertida.