De vuelta

Pues sí, estoy de vuelta. He dudado entre escribir este post o pasar directamente a publicar una "entrada sustanciosa" como las que solía redactar hace... ¿cuánto? ¿siete meses? Suena raro decirlo en voz alta. Más de medio añazo. Me he decantado por escribir esta entrada raruna porque después de tanto tiempo creo que mereces una explicación, aunque realmente no exista tal cosa. Por fortuna, la ausencia no se debe a nada grave, simplemente a la vida... que el pasado mes de noviembre decidió llevarme por una serie de caminos entre los que no se encontraba el blog. Aún así, hoy me apetecía escribir unas líneas un poco más personales que de costumbre para humanizar un poco este rinconcito y revitalizarlo. Lo que venga a partir de ahora (contenido como el de antaño –fotografía, viajes, lecturas– y alguna cosica nueva) espero que lo haga cargado hasta los topes de motivación y energía.

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Si me vieras por un agujerito me encontrarías ricamente sentada en la terraza, comiendo aceitunas, con el portátil sobre las piernas y achicando los ojos porque el solete no me deja ver bien la pantalla. De fondo escucho en bucle la canción de Monterrosa que ha inspirado el título de esta entrada y a la que estoy enganchadísima. Es mi recompensa por haber tenido un día de lo más productivo... y es que durante estos meses me he convertido en una loca de la productividad, temática que espero incluir de alguna forma en el blog (¡estar tanto tiempo sin escribir me ha regalado millones de ideas!).

Yendo por partes; allá por noviembre me di de bruces con la realidad al sentir que mi época universitaria estaba llegando a su fin y que no tenía ni la más remota idea de qué hacer con mi vida cuando eso sucediera. Siendo sincera, a día de hoy sigo sin saber qué me deparará el futuro profesionalmente hablando. Hasta enero, fecha en la que terminé las prácticas en el bufete y defendí el Trabajo de Fin de Máster, estuve rumiando la idea de estudiar oposiciones y, finalmente, me decidí a empezar con ello en febrero.

En el terreno más personal, durante estos meses he estado dos veces en Madrid, una ciudad que me ha enamorado hasta las trancas y a la que pienso dedicar muy pronto un post fotográfico. En noviembre conocí una Madrid fría, otoñal, nublada y preciosa; y en abril volví a visitarla para hacer el examen de acceso a la abogacía (¡y conseguí el ansiado apto!), encontrándome también una ciudad demasiado fría para esa época del año... ¡pero con una Gran Vía amplia, reformada y maravillosa!

No he hecho demasiadas fotos en lo que va de año, ni leído demasiados libros, ni visto apenas películas o series... pero si de algo estoy orgullosa es de haber dibujado mucho. Dibujar aunque sea un poquito cada semana es ahora una rutina que espero no romper nunca. Me he dejado crecer el flequillo, he compartido muchos cafés y la biblioteca se ha convertido en mi segunda casa. A principios de mayo empecé un curso de diseño gráfico que me tiene in love y me ayuda a desconectar dos horitas al día del estudio de la oposición. Cambiar de actividad aunque sea un rato me resulta imprescindible para no saturarme con la opo y, al contrario de lo que pueda parecer, ese descanso necesario hace disparar mi energía y productividad. También he retomado no hace mucho un proyecto fotográfico que diseñé allá por 2016 y en su día dejé aparcado por falta de motivación.

La verdad, no tengo muchas esperanzas de aprobar la oposición en la próxima convocatoria (me resulta tremendamente difícil memorizar tantos datos insignificantes y el tiempo juega en mi contra). Quiero ser realista y no hacerme ilusiones... así que estoy ideando un "plan B"; buscando ofertas de trabajo, prácticas o lo que sea que me permita vivir hasta que consiga una plaza. La cosa está chunga, pero soy optimista. Estoy disfrutando del camino; de mi rutina de estudio, de los ratitos entre pinceles y acuarelas y de volver a escribir por aquí otra vez como si el tiempo no hubiese pasado.

Lo dicho, no sé qué me deparará el futuro... pero, ¿quién lo sabe? Durante estos meses de incertidumbre estoy aprendiendo a valorar mucho el "ahora". De momento parece que he conseguido encerrar herméticamente agobio y desesperación en una caja de Pandora cuya llave he hecho desaparecer para que no puedan salir. Quizás mañana reviente la cerradura y se desate el caos, pero mientras no vea oxidados los tornillos no es algo que me preocupe. Y si ocurre, le haré frente de la mejor forma que pueda.

Va siendo hora de apagar la vela y cerrar el pico por aquí después de tanta chapa. Si has leído hasta el final, ¡gracias! Tengo la sensación de que ha quedado un post demasiado personal –¡prometo que a partir de ahora seguiré con la temática de siempre!–, pero necesitaba abrirme en canal... ¡tanto tiempo sin escribir pasa factura!
¡Un besote, feliz fin de semana y gracias mil por estar ahí!

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PD: Por si encuentro alguna opo-compi por aquí: la oposición que estoy preparando es para trabajar en la Administración de Justicia, concretamente estoy estudiando Tramitación Procesal y Administrativa (:

Fuente: este post proviene de Melituca, donde puedes consultar el contenido original.
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