A finales de agosto, coincidiendo con la vuelta al trabajo después de las vacaciones decidí que quería apuntarme al gimnasio, pero necesitaba tener un horario, porque lo de ir por libre cuando me apeteciese ya lo había probado y no funcionó, siempre me aparecían planes que me apetecían más. Así que me fui al gimnasio que tengo cerca de casa y les pregunté si tenían clases de pilates y me anoté. El problema es que el curso no empezaba hasta agosto, así que una que es la más impaciente del mundo, se pasó todo el mes de septiembre haciéndose preguntas: ¿me gustará el pilates?, seguro que ni cansa, debería haber escogido algún deporte más movido...
Ayer tuve mi primera clase de pilates y a los 20 minutos ya me dolía todo el cuerpo. Quien crea que con el pilates no se hace ejercicio que es muy paradito se equivoca, la verdad es que la clase me pasó volando, que salí agotada pero muy relajada y que, aunque hoy me duele todo el cuerpo estoy deseando que llegue mañana para volver a clase.
Estoy viendo cursos para aprender a hacer cupcakes, la verdad es que hay muchísima demanda y cuesta encontrar una plaza, creo que a mediados de Diciembre podré asistir a uno, espero que se confirme porque tengo muchísimas ganas.