Pasar unos días en fantástica compañía, rodeados de naturaleza en su
estado puro, con un entorno espectacular y en una cabañita de madera
de espacio justo, justo (cama, armario, baño con plato de ducha y
mesita en el porche, todo en unos 15 m2, calculo) puede ser un
plan perfecto de fin de semana.
Ya os he comentado alguna vez que soy perezosa para viajar y también
comodona. Necesito un mínimo de comodidades y lo de ir con tienda de
campaña no es lo mío: probé una vez y no he vuelto a hacerlo.
No debo ser la única puesto que los campings ofrecen cada vez más la
posibilidad de alquilar bungalows con los servicios independientes que
considero mínimos (zonas de descanso y aseo).
Las fotografías que os muestro están tomadas en el
Camping Arlanza de Quintanar de la Sierra (Burgos)
que cuenta con cabañas de madera, además de zonas para
caravanas y tiendas de campaña.
Nuestro bungalow tenía un sistema de literas extensibles, de modo que
el espacio que ocupan dos camas individuales se convertían en cuatro.
A mí me tocó dormir en una de las de abajo y confieso que inicialmente
el sistema no me pareció que ofreciese garantías de no acabar hecha un
emparedado mientras dormía pero, no sé si porque caíamos en la cama
rendidos o porque en el campo siempre se duerme a pierna suelta,
lo cierto es que mi desconfianza inicial desapareció.
El entorno no podía ser más ideal: una extensa zona boscosa con
parajes de una belleza inigualable y gran riqueza histórica
(restos de necrópolis y arte rupestre).
Al tratarse de una salida de fin de semana decidimos disfrutar tranquilamente
del espacio más inmediato: el río Arlanza y la maravillosa Laguna de las
Pardillas, de origen glaciar igual que la conocida Laguna
Negra de cuyo Parque Natural forma parte.
Paseos, juegos, risas y buena compañía, ¿se puede pedir más?
Alargando el día hasta bien tarde, trasnochando y después levantarse
con cara de sueño pero feliz.
Desayunos potentes para reponer fuerzas
(prometo que de los torreznos sólo probé un bocadito)
Aunque no saqué fotografías, comentaros que la comida en el restaurante
del camping es fantástica, con especialidad en platos elaborados con setas
recolectadas y conservadas por los dueños: revueltos, pizzas, croquetas...
Y lo mismo con las mermeladas, especialmente las de moras y arándanos.
Precisamente es temporada de recolección de arándanos y me quedé con
ganas de recoger algunos, pero no hubo quorum y cuando vas con planes
de grupo mejor mantenerlos.
Un fin de semana aprovechado y disfrutado para llegar nuevo
a casa y comenzar a preparar el comienzo de curso.
Además, no tenemos descartado repetir porque descubrimos un
maravilloso albergue/refugio de invierno situado en el corazón del
Parque Natural de las Lagunas de Neila, especializado en rutas
micológicas y ya estamos ideando una nueva escapada.