A una distancia de 132 km de la ciudad de León, este precioso y encantador pueblo te invita al descanso y la desconexión, pues aquí pareciera que el tiempo se ha detenido. Su historia se remonta a la época romana, que, debido a su ubicación geográfica estratégica, estuvo ligada siempre a conflictos bélicos.
Durante esta época, Villafranca del Bierzo fue un fuerte militar que servía para proteger la conocida ruta del oro. Más adelante, debido a que se encuentra justamente al comienzo del valle del Río Valcarce, la villa se convirtió en un paso obligado para los peregrinos que iban hasta Compostela desde León.
Sea que hagas la peregrinación por tu cuenta o a través de alguna de las agencias de viajes para el Camino de Santiago, si recorres la ruta francesa desde León, pasarás por esta pintoresca ciudad.
Entre los lugares qué podrás ver en Villafranca del Bierzo, se encuentran:
La Iglesia de Santiago Apóstol
Este es uno de los monumentos más importantes de esta ruta jacobea. Fue construida en el siglo XII. Para entonces, el obispo de Astorga le solicitó al Papa un permiso especial para construir un templo en honor al Apóstol Santiago. Era para aquellos peregrinos que no podían llegar hasta Compostela por motivos de salud, igualmente pudieran alcanzar el Jubileo.
Los peregrinos deberán atravesar la famosa Puerta del Perdón, que únicamente se abre durante el Jubileo. Como dato curioso, debes saber que permaneció cerrada durante los siglos XIX y XX por la peste que azotó la zona, además de los saqueos.
Es un templo de una sola nave, con arcos de medio punto. En su interior podrás ver la cabecera, con el ábside propio de este tipo de iglesias, de tambor, además de un Cristo Crucificado de tamaño natural que data del siglo XIV.
Castillo de los Marqueses de Villafranca
Se trata de un castillo de planta cuadrada y unas amplias torres circulares en sus esquinas. Fue construido a inicios del siglo XVI por el II Marqués de Villafranca. Hoy, es una propiedad privada y lastimosamente no podemos conocer su interior.
Esta construcción se levantó sobre las ruinas de otro castillo más antiguo al que llamaban La Fuerza. Durante la invasión francesa, fue saqueado por los ingleses que estaban huyendo hacia Lugo y posteriormente, las tropas galas lo arrasaron e incendiaron todo a su paso.
La Iglesia de San Francisco
Al final de la calle San Jerónimo, se encuentra la Iglesia de San Francisco. Se trata de un antiguo convento franciscano construido en el siglo XII, aunque en la actualidad solo se conserva el templo.
Su portada de estilo románico es una verdadera belleza, aunque también cuenta con algunos detalles barrocos y góticos que fueron añadidos a medida que se hicieron diferentes ampliaciones.
En el interior podrás ver su enorme Retablo Mayor, que es de estilo churrigueresco, además de una preciosa pintura de Cristo Eucarístico de la escuela de Juan de Flandes. Otro de los puntos más llamativos es el coro, de estilo plateresco, muy acorde con el estilo austero de los franciscanos.
Aquí también se encuentran varios sepulcros de distintos caballeros y damas de gran relevancia en la sociedad Villafranca.
La Colegiata de Santa María
Levantada sobre un antiguo monasterio que se instaló en la villa a mediados del siglo XII bajo la Orden de Cluny. Sirvió como alojamiento para peregrinos franceses, además de ser un lugar donde se impulsaba la agricultura vinícola en la región.
Este es un claro ejemplo de la arquitectura berciana propia del siglo XVI que además fue muy popular en la zona. Debes saber que esta construcción demoró cerca de 200 años en quedar culminada.
La iglesia se construyó por orden del Marqués de Villafranca. En su interior puedes ver distintas bóvedas y una preciosa cúpula que entre otras cosas guardan diferentes retablos y un maravilloso coro barroco – rococó.
El Convento de San Nicolás
Su nombre oficial es Convento de San Nicolás El Real, que, junto a la iglesia, conforman uno de los complejos de tipo religioso más importantes de toda la zona. Fue construido durante el siglo XVII, con un diseño muy tradicional de la Compañía de Jesús, que lo ideó como un colegio para niños.
Tiene una impresionante fachada que está coronada por el escudo de los jesuitas. En el interior, guarda la imagen del patrón de Villafranca, el Cristo de la Esperanza.
Plaza Mayor de Villafranca del Bierzo
Como en cualquier pueblo de España, una visita a la Plaza Mayor de Villafranca del Bierzo es necesaria para conocer de primera mano su cotidianidad. Está presidida por el ayuntamiento y con los años se han ido añadiendo soportales que ayudan a proteger del sol a las diferentes terrazas de bares y restaurantes que se encuentran alrededor.
Este es el lugar indicado si quieres disfrutar un poco de la gastronomía local o simplemente tomar algo mientras gozas de las vistas. Indudablemente es uno de los pueblos más pintorescos de la ruta jacobea, así que apúntatelo en tu mapa del Camino de Santiago Francés.
Calle del Agua
Por último, pero no quiere decir que es menos importante se encuentra la calle del Agua, para algunos, la más famosa de todo Villafranca del Bierzo, rodeada de preciosas casas de estilo señorial, muchas de ellas con escudos nobiliarios, algunos palacios y además bodegas.
Villafranca del Bierzo queda a unos pocos kilómetros del límite entre León y Lugo, de modo que si estás planificando hacer el camino de Santiago francés desde Sarria, tal vez te interese reprogramar la ruta y empezar un tramo antes. Representará solo unos 65 km más de peregrinaje, pero realmente merece la pena.
Otras rutas jacobeas
Aparte del Camino Francés, cargado de historia y tradiciones, puedes considerar para futuras peregrinaciones, los otros tres más populares:
El Camino del Norte, que recorre la costa cantábrica de Este a Oeste.
El Camino Portugués de la Costa, desde Porto (Portugal), pasando por Viana do Castelo y Vigo.
El Camino Portugués de Tui, que puedes recorrer en unos 8 días.
Indudablemente, la ruta jacobea te puede llevar por los pueblos y comarcas más pintorescos de toda la península. Una travesía que reúne la aventura con la espiritualidad.