Miles de años de evolución se encuentran en este mágico lugar. Su belleza e inmensidad lo hacen un destino fascinante para los que buscamos tranquilidad y contacto profundo con la naturaleza. Sus glaciares, escultores del paisaje, nos demuestran una vez más la sabiduría, la majestuosidad y el equilibrio perfecto de la tierra.
Ubicado al Sudoeste de la provincia de Santa Cruz, el Parque Nacional Los Glaciares fue creado con la principal misión de preservar una extensa área de hielos continentales y glaciares. Con una superficie de 724.000 hectáreas, hace parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad. Y no es para más, su gigante blanco, el glaciar Perito Moreno nos ofrece un espectáculo inimaginable.
Datos curiosos:
Sin una estación seca definida, el clima en el área es templado húmedo.
El relieve y las variaciones climáticas son factores esenciales que permiten la existencia de distintos ambientes.
En la estepa es muy común ver Guanacos o Zorros. Aunque yo no tuve la fortuna de verlos, Valeria Rinaldi, amiga argentina y fotógrafa, me compartió esta bella imagen que tomó durante su viaje.
El ciervo andino, el cóndor y las aves granívoras como las agachonas frecuentan el parque nacional, principalmente, durante el verano. Así como el pato de los Torrentes, el Huemul y las aves Cauquences.
La estepa es el más árido de los ambientes del parque. Plantas adaptadas a condiciones de escasa humedad y fuertes vientos componen la vegetación del parque.
¿Cómo llegar al Parque Nacional?
Se accede al aeropuerto internacional de El Calafate por avión. Así mismo, existen varias opciones terrestres desde diferentes lugares de Argentina. Si estás en Colombia, lo mejor es llegar a Buenos Aires y después, tomar un vuelo a El Calafate que dura alrededor de tres horas.
Fotografías: The Art of Being Green