¿Existen las casualidades?
Basándome en mi experiencia personal, la respuesta es NO.
Todo empezó cuando tenía 16 años. Mi madre, que en aquella época hacía Tai Chi, estaba leyendo un libro que le había aconsejado su mejor amiga. Se llamaba "Conectar con el fluir de la vida". La verdad es que en aquella época de la adolescencia me parecía que tanto ella como su amiga eran un poco "raritas".
Me costaba entender que la gente pudiese ser tranquila y estable con la vorágine de emociones que experimentaba yo en ese periodo y lo cierto es que no solía tomarme demasiado en serio sus consejos. Pero un buen día decidí empezar a leerme ese libro. Lo empecé a leer porque estaba manteniendo una relación de pareja muy complicada y sabía que pronto debía terminar.
El libro hablaba de las sincronicidades, un fenómeno que guarda cierta relación con la física cuántica:
"Dos partículas pueden estar entrelazadas y, pese a estar alejadas a miles de años luz, lo que sucede a una se traslada inmediatamente a la otra. Del mismo modo, acontecimientos en apariencia muy distantes acaban convergiendo en el espacio y tiempo".
La lección es clara: todo está interconectado; todos lo estamos. Y lo mejor de todo es que si estamos atentos a la magia de la vida, ésta se desplegará ante nosotros con mucha más fuerza. No hay casualidades, sino causalidades de origen aún desconocido que nos dicen: "Estad atentos, porque todo lo que sucede a vuestro alrededor cuenta".
¿Alguna vez os habéis sentido solos en algún lugar lejos de casa y os habéis encontrado con alguien conocido?
¿Alguna vez habéis pensado en alguien al que hacía tiempo que no veíais y a los pocos días os lo habéis cruzado por la calle?
¿Alguna vez os habéis sentido perdidos y ocurre algo que os hace ver que hay una salida?
¿Alguna vez habéis dejado de valorar algo precioso que tenias y de repente la vida hace que suceda algo que te hace apreciarlo de nuevo?
¿Alguna vez habéis pasado por una ruptura y aparece alguien al que ya conocías y que te devuelve la ilusión? Nunca imaginaste que esa persona algún día sería importante.
¿Alguna vez habéis deseado algo con mucha fuerza y empiezan a suceder cosas que te ayudan a alcanzarlo?
¿Alguna vez has sentido que has estado frecuentando los mismos lugares que otra persona en el mismo espacio temporal y no lo descubres hasta que la vida da la vuelta y te lo muestra? Tal vez, aquel no era el momento de descubrirlo porque necesitabas romper con algo y estar bien para poder disfrutar de esa persona de otra forma.
Nada sucede porque sí. La vida te pone a prueba pero también está dispuesta a darte las señales necesarias para que descubras el camino hacia tu felicidad.
En aquella época tenia una pareja que me estaba limitando. Sabía que tenia que romper, pero no encontraba el valor para hacerlo. Me leí el libro y decidí darle una oportunidad a lo que me transmitía; estar atenta a las señales. Muchas señales me acompañaron durante esos días; un pájaro muerto en el portal de mi casa que me recordaba que así me estaba sintiendo, que se estaba perdiendo mi capacidad de volar, que no me sentía viva? Pero la gran señal, la que cambió todo lo que sucedería después, fue un día en el que estaba con él y comenzó a reprocharme y a intentar cambiarme con sus palabras.
Le pedí al cielo que me mandase una señal. Estaba destrozada. No podía soportar más aquella situación que se repetía cada día. Entonces ocurrió, todas las farolas de la calle se apagaron. Se había ido la luz de toda la calle.
Había llegado el momento de decir adiós. Ahora puedo decir que nunca me he sentido tan liberada y que nunca he tomado una decisión tan acertada como la de aquel día.
De repente te encuentras en el lugar adecuado, en el instante adecuado y haciendo lo que es adecuado.
Desde entonces, el libro ha pasado por muchas manos. Manos que han dejado sus propias anotaciones y que cambiando su propia visión de la vida, están haciendo del mundo algo más mágico y verdadero.
¡Fijate en las señales que te da la vida y déjate llevar!
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