Recientemente he estado pensado en lo fácil que me impresiono. Y es que las últimas veces que hemos hecho escapadas cerca de casa siempre me que he quedado con la boca abierta. O yo soy muy fácil de impresionar (que es posible, porque reconozco que me maravillo con las cosas más simples), o hemos tenido suerte de ver cosas que de verdad te dejan alucinando. Sea como sea, estoy contenta de tener todo esto al alcance de la mano, sin tener que viajar lejos. Lo que me recuerda que en todas partes, en todos los pueblos y ciudades del mundo siempre hay algo que ver. Y que quizá deberíamos valorarlo más.
Hace poco pasamos la mañana en las Cuevas de Canelobre, que están en un pueblecito de Alicante llamado Busot. Las cuevas se encuentran bajo una de las sierras más apreciadas por los senderistas de la provincia: el Cabeçó d’Or. Nosotros solo fuimos a las cuevas, pero si os gusta este deporte también os recomiendo hacer alguna de las rutas del Cabeçó d’Or, eso sí, para senderistas con algo de experiencia.
Para llegar a las cuevas tenemos que ir hasta Busot, y una vez allí no hay pérdida, basta con seguir los carteles que nos llevarán hasta la falda de la montaña donde encontraremos la entrada (podéis ver el mapa en detalle en el enlace a la página que os he puesto en el párrafo anterior). Ya solo por las vistas desde la entrada, merece la pena:
¿Qué nos encontraremos dentro? Pues aunque sean las Cuevas de Canelobre, realmente nos vamos a encontrar con una sola cueva enorme (muy, muy grande), de más de 145 millones de años de antigüedad, ¡casi nada! Dentro hay estalactitas y estalagmitas que se han ido formando con el paso de los años, dando lugar a formaciones sorprendentes.
Os podría explicar la historia de la cueva, ponerme mucho más técnica, pero todo eso lo podéis consultar aquí. Yo he preferido enseñaros algunas fotos para que os quedéis igual que me quedé yo :P
Mis fotos no son las mejores porque dentro no hay demasiada luz como podéis imaginar, es más, si pensáis hacer la visita a las cuevas, las fotos en su interior no están permitidas, o eso es lo que me dieron a entender. Pero tuvimos suerte porque justamente aquel día no había podido ir la fotógrafa que tienen allí, así que nos dejaron hacer fotos durante la visita.
El interior de la cueva está habilitado para que nos podamos mover por ella mediante un circuito de escaleras que recorre todas las formaciones.
Lo más impresionante es la columna central de más de 25 metros, pero a mí todo me dejó sin palabras. Las cuevas son un sitio súper mágico, con el agua cayendo, con todas esas formaciones que llevan ahí miles de años… me hubiera gustado poder quedarme allí durante horas, sentada en el suelo admirándolo todo. Por desgracia, la visita completa dura alrededor de una hora, jajaja.
Así que si estáis de visita por Alicante o si sois de aquí, no podéis dejar de ir. ¡Merece la pena! Y es una escapada perfecta para hacer con niños, el día que fuimos nosotros había algunos en nuestro grupo y se quedaron como yo :D
Estoy deseando encontrar más cosas curiosas en mi provincia, tengo un par de sitios en la recámara que espero enseñaros pronto.