Hace justo un año pasaba las vacaciones en Alemania y la nostalgia me ha traído hasta este post. Fue un muy buen viaje. Lo disfruté con una compañía inmejorable y me enamoré de Trossingen, Villingen, Konstanz, Freiburg y Titisee, las ciudades que visité.
Si me seguís por Insta ya conocéis de sobra este viaje y si sois suscriptoras de mi otro blog, VOH, también, ya que hablé de él el agosto pasado. Ya que este año no viajaré a ningún lugar me apetecía volver un poquito a Alemania desde este post.
No soy muy amante de los aviones, la verdad, me gustan poco pero me tranquiliza saber que el mal rato merecerá mucho la pena. Además sin ellos muchos viajes serían prácticamente imposibles, así que a fin de cuentas hasta les estoy agradecida por existir - y por aguantarme durante horas sin rechistar.
Me gusta hacer fotos a los máximos detalles posibles, creo que es lo que siempre diferencia las cosas y los lugares, y aunque desearía tener todos los segundos de cada viaje guardados en fotografías también me gusta dejar las tecnologías de lado y disfrutar, sin más. Cuando volví vi que había capturado menos momentos de los que viví y me entristecí un poco, porque no tengo la suerte de retener para la posteridad todo en mi memoria, pero no haber fotografiado todo significaba haber disfrutado más aún de cada instante, así que todo bien!
Las ciudades que son todo paisaje y verde me encantan, qué le voy a hacer. Quizá por eso actualmente vivo en el campo y no en pleno centro de ciudad. Estas ciudades que visité del sur de Alemania son así, muy naturales y muy vivas, aunque los pueblos más pequeños son más bien extremadamente tranquilos - más disfrute para mí todavía!
Entrar en detalle de cada ciudad sería una locura y este post se convertiría en un libro de esos gordos que al final casi ni te puedes leer, así que si queréis saber algo más en concreto podéis decírmelo en los comentarios, al terminar el post.
Desde hace muchísimos años tenía curiosidad por Alemania y sus costumbres e idioma y su todo, así que cuando nuestro amigo nos propuso ir a visitarlo no lo pensé - ni pensamos - demasiado. Visitamos la Selva Negra, probamos platos y comidas típicas de allí, nos sorprendimos con la amabilidad de los alemanes, nos llovió sólo un poco una tarde, visitamos museos y yo al menos aprendí unas cuantas cosas, personales sobre todo - creo que un viaje siempre tiene algo que hacerte aprender.
Os dejo un vídeo cortito que grabé:
En resumidas cuentas Alemania fue un viaje para repetir y para recomendar. Ahora sólo me queda visitar el resto del país!
Y vosotrxs, ¿viajáis a menudo?
¿Conocéis Alemania?
¡Contadme!