Este sábado dejó un espectacular pero extraño partido entre el F.C. Barcelona y el Valencia en Mestalla. En resumen, el partido tuvo cinco goles, la lesión de Iniesta, nueve tarjetas amarillas, y para ponerle la guindilla al pastel, un penalti marcado en el último suspiro del partido.
El Barça llegaba a la ciudad valenciana sin Piqué y sin Jordi Alba por las lesiones que sufrieron en el último partido de Champions contra el Manchester City, pero el resto del arsenal estaba listo para atacar Mestalla. La primer incidencia importante del encuentro llegaría al minuto 14. Iniesta se retiraba del terreno de juego por lesión, después de un choque con Enzo Pérez.
En el medio tiempo el diagnóstico de los médicos decía que el jugador padece una lesión parcial del ligamento lateral externo y de la cápsula posterior de la rodilla derecha, en fin, que estará lesionado dos meses y medio. Volveremos a ver jugar a Andrés Iniesta hasta el 2017. En menos de tres días llegan más malas noticias para el barcelonismo porque ahora son 3 los lesionados. Rakitic ocuparía el lugar del capitán Iniesta.
Al minuto 22 llegaría la alegría gracias a un disparo certero de Messi que Diego Alves no logró ver. Éste iba a ser el único gol de la primera parte, aunque pudieron ser más, pero la audacia del portero valencianista evitaría en muchas ocasiones que incrementase el marcador azulgrana.
Inciaba la segunda mitad y el Valencia mandaba al campo al cedido barcelonista Munir, quien iba a poner empatado el partido. El equipo valenciano se llenaba de entusiasmo y energía, lo que le permitiría anotar 4 minutos más tarde el segundo tanto y de esta forma darle vuelta al marcador. El desconcierto azulgrana era evidente.
El bicampeón de España no iba a bajar los brazos fácilmente, buscó incesantemente la portería contraria, siguiendo más el corazón y la habilidad personal, que la táctica dictada por Luis Enrique. Seis minutos más tarde, Luis Suárez anotaba un gol de ésos que solo él sabe hacer, con precisión, frialdad y a una esquina, donde nadie llega.
El empate iba a convertirse en un vaivén de ambos equipos. Los dos dispusieron de varias oportunidades que no lograron concretar. El cuarto árbitro indicaba en el marcador electrónico que se añadirían 2 minutos más, pero el barça buscaría el gol de la victoria hasta que el árbitro pitase el final. En la última jugada del encuentro el Fútbol Club Barcelona iba a demostrar por qué es el actual Campeón. Suárez iba a ser derribado dentro del área grande cuando estaba a punto de chutar. El colegiado Undiano Mallenco sin dudarlo indicaba el lanzamiento de 11 metros.
Entre los reclamos y la confusión valencianista, el tiempo mostraba que habíamos llegado a los 93 minutos. Suárez y Neymar miraban a Messi y asentían con la cabeza para indicarle que él debía hacer el penalti. Alves se le acercaba a Leo para decirle que él iba a adivinar la trayectoria del balón, el argentino respondía con una leve sonrisa. Undiano hacía sonar su silbato, y Alves iba a cumplirle a Messi lo prometido, se lanzaba hacia el mismo lugar donde iba el balón, pero no iba a alcanzarlo. El club azulgrana lo celebraba por todo lo alto, tres a dos, vuelta al marcador, asalto a Mestalla y una memorable victoria del mejor partido que se ha disputado en lo que va de la Liga Santander 201-2017.
De momento, los dirigidos por Luis Enrique amanecerán en lo más alto de la tabla de posiciones, a la espera de lo que suceda mañana en los encuentros disputados por el Atlético de Madrid, Real Madrid, Sevilla y Villarreal.
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