Los paisajes con rocas combinados con el viento, el agua y el sol han ido modelando a su antojo para hacer escarpadas paredes de roca, construcciones de arena casi imposibles o miradores naturales desde los que contemplar estampas de postal.
Si bien estos paisajes con rocas se cuentan por cientos de miles, hoy os he querido recopilar cinco que me llaman especialmente la atención:
Isla de Ko Tapu en Tailandia: este país encierra algunos de los parajes más bonitos del planeta, entre los que se encuentra esta extraña isla, totalmente vertical y llena de naturaleza y que se hizo especialmente popular tras ser el escenario de una de las películas de James Bond. Sólo se puede acceder a esta formación de 200 metros de altura en lancha, pero merece la pena por su belleza, y la fauna y la flora que nacen a su alrededor.
Los Doce Apóstoles en Australia: al igual que la anterior, se trata de formaciones de piedra verticales, esta vez situados sobre la superficie de la costa australiana. Junto con el viento, las olas del mar se han encargado de ir silueteando estas formaciones, aunque también de ir derribándolas (una de ellas cayó al mar en 2005).
Parque Nacional de los Arcos en Estados Unidos: este lugar, único en el mundo, está situado en el estado de Utah, y su principal atractivo radica en los gigantescos puentes naturales de piedra arenisca como el Delicate Arch o el Landscape Arch.
Champiñón y gallina en el Desierto Blanco de Egipto: además de dunas y kilómetros de extensión llenos de arena, en los desiertos también se suelen encontrar formaciones rocosas como estas curiosas 'estatuas naturales' bautizadas como champiñón y gallina por su similitud con estos dos elementos. Otra característica es su color blanco, parecido a la tiza.
Torre del Diablo en Estados Unidos: situada en el estado de Wyoming, esta curiosa montaña tiene la categoría de Monumento Nacional. Mide casi 400 metros y tiene origen volcánico como se puede suponer por la dureza de su fisionomía.