Sin embargo, pasados unos minutos de estar percibiendo esos malos olores, nuestro cerebro termina “adaptándose” a ellos, en una clara referencia de que “dejamos de oler” aquello que nos molestaba en un principio. Claramente, una peculiaridad que no sucede con el resto de los sentidos.
Pero nos toca hablar de la nariz en particular, y deberás saber que, así como otras partes de nuestro cuerpo, el desarrollo de la nariz se puede terminar prolongándose hasta bien entrada la adolescencia. Y esto se debe a que no termina de desarrollarse sino hasta que lo hace el cráneo en su completitud.
Es por ello que, salvo en casos excepcionales, se recomienda no operarla ni retocarlas hasta la edad de los 15 o 16 años en las mujeres y los 17 en los hombres. Pasado un tiempo, nuestra nariz se alarga y caen los cartílagos debido a la gravedad, y se produce la ruptura de los ligamentos que la sostienen.
También, volviendo al olfato, debes saber que la memoria olfativa resulta ser la más poderosa de las memorias del ser humano. Y esto es porque el sistema del olfato está conectado directamente con el sistema límbico. Y esto es la parte del cerebro asociada a la atribución de las respuestas de la memoria y las emocionales. Es por ello que los olores son el sentido que más se conectan con nuestros recuerdos emocionales.
Y, por último, y ya que te estamos contando acerca de las intervenciones en la nariz, te diremos que, respecto de la rinoplastia, ésta resulta ser la quinta cirugía plástica más realizada en general en el mundo. Y esto se da principalmente en pacientes comprendidos en la franja etaria de los 18 a los 45 años.
Quienes se someten a esta cirugía, deben pasar por una serie de indicaciones del profesional médico que los atienda, y por supuesto mantener al pie de la letra los cuidados post operatorios que éste les indique.
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