Pinterest. Bosque de Bambú japonés
Para terminar la semana, os propongo que leáis un cuento, para adultos, que nos hará pensar un poco y analizarnos nosotros mismos.
Está relacionado directamente con un post sobre la paciencia que escribí hace unos meses. No quiero ser pesada, pero insisto mucho en éste tema porque creo que puede ayudarnos a afrontar determinados momentos de nuestra vida.
Me he permitido copiarlo íntegramente del blog de Isabel Quiroz, Ama, vive...humanízate, (Cuentos para el Alma) lo encontré indagando en la red sobre un tema que sabéis que me apasiona, la psicología del ser humano, el comportamiento del mismo, las motivaciones que justifican sus acciones... y como me pareció interesante, he decidido compartirlo con todos vosotros.
EL BAMBÚ JAPONÉS
No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego.También es obvio que quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita sea!Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece
¡más de 30metros!
Pinterest. Bambú Japonés 1
¿Tardó sólo seis semanas crecer?
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Traduciendo esto a la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no “ver” el resultado que esperamos-, si está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Tiempo… Cómo nos cuestan las esperas, qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos…
Apresuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apresuramos al taxista… nosotros mismos hacemos las cosas apresurados, no se sabe bien por qué…
Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés…
Y como todos los cuentos tienen una moraleja, ésta es la nuestra:
Hay que tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación.Si no consigues lo que anhelas, no desesperes…quizá solo estés echando raíces….
¿Tenéis una idea en mente, un propósito que conseguir... ?, ¿lo habéis intentado una y otra vez y no veis evolución alguna?
No os preocupéis, no tiréis la toalla, con esfuerzo y trabajo puede ser que los resultados se vean a largo plazo, y entonces, ¡LA ESPERA HABRÁ MERECIDO LA PENA!
Os deseo un buen fin de semana, parece que va a hacer frío así que, a abrigarse y a pasarlo lo mejor posible.
¡Besos!