Marzo es un mes muy especial para mí. Hace dos años decidí dar el paso y venirme a vivir a Alemania. Estaba llena de ilusión, pero también dudas y algunos miedos. Aunque poco a poco me di cuenta de que la mayoría de ellos habían sido infundados por la gente con la que compartí la noticia.
Cuando dije que me iba, no todo el mundo supo reaccionar adecuadamente. Y aunque muchas palabras fueron de ánimo y apoyo, otros decidieron que lo mejor que podían hacer era trasladarme sus temores y repetirme que tuviera cuidado: por si me violaba algún sirio (sí, literal, me lo llegaron a decir hasta tres personas diferentes), que no iba a hacer amigos porque los alemanes eran todos unos bordes y que nunca conseguiría aprender alemán. Por fortuna, ninguno de los malos presagios se cumplió y, pese a que todavía echo de menos algunas cosas y me cuesta adaptarme a otras, estoy más que satisfecha con el cambio. No me arrepiento de haberlo hecho y, de momento, quiero quedarme por estas tierras por tiempo indefinido.
Pero en esta entrada, más que contarte mi historia, me gustaría saber cómo ha sido el tuya. ¿Cuáles fueron los motivos que te llevaron a trasladarte? ¿Qué es lo que más difícil te resultó? ¿Y lo más fácil?
Si te apetece participar, es muy sencillo. Un poco más abajo te dejo un formulario para que dejes todas las respuestas. Estará abierto hasta el 31 de mayo y, después, escribiré un post todas las historias que reciba. ¿Te apetece contarme la tuya? Si quieres que te mencione en ella, no olvides dejar tu nombre al final del formulario.
Y si quieres compartir algo más conmigo, no dudes en contactar a través del blog o Facebook.
Si no visualizas correctamente el cuestionario, puedes abrirlo pinchando este aquí.
Imagen obtenida de Pixabay.
Fuente: este post proviene de Kartoffel Tortilla, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: